odo lo que uno quiera que sea paisaje podría serlo, hasta los paisajes interiores. En mi texto anterior me constreñí a comentar en términos muy generales las salas de exhibición temporal mayormente visitadas en el Museo del Palacio de Bellas Artes, pero la exposición en realidad se inicia en las de la tercera planta y termina en la sala Paul Westheim, anexa al restaurante y es en éstas, no comentadas, que pueden hallarse aproximaciones a lo que hoy se produce en el género comentado.
En las salas de la tercera planta llaman la atención los paisajes de Erik Pérez, de 2007, por su formato y manejo lumínico. Así como es consabido que hay pinturas que parecen fotografías, hay fotografías que parecen pinturas y este género se inició desde el siglo XIX, aquí me refiero a Lago, 2004, de Anthony Golcolea, artista multimedia cubano-estadunidense, quien se ha especializado primordialmente en el retrato. La pieza en cuestión es cortesía, como otras que se exhiben, de la Galería Luis Adelantado.
Otra pieza fotográfica que a primera vista parece ser un dibujo es la poética fotografía en plata sobre gelatina, un verdadero hallazgo, Mar de Japón, de Hiroshi Sugimoto, colección Televisa. ¿O será que va uno experimentando nostalgia por las impresiones en tradicionales que cada vez son menos frecuentes? De ningún modo es que se rechace el impacto visual o la evidente ampliación de este campo generado por la fotografía digital, pero sucede, como en el cine o como en el caso de la ya mencionada fotografía de Graciela Iturbide, que lo que resulta menos común a la vista del espectador, va ocupando lugar privilegiado en la apreciación, tanto que se experimenta regocijo en la sala Orozco al toparse con El cielo protector, de Boris Viskin, título coherente con la representación de un paisaje, inspirado en el escritor y compositor Paul Bowles.
En dicha sala hay obras de Roberto Turnbull, convocadas a aparecer debido a que una de ellas se titula Paisaje nocturno y otra Paisaje diurno. La verdad, nada que ver con lo que el común de las personas entienden por paisaje
, independientemente de la valía de las composiciones, sólo su temperatura
resulta alusiva. En contraste Paisaje global, del mismo pintor, sí tiene como figura rectora un globo terrestre.