Belo Horizonte, 23 de junio

La selección mexicana emprendió el viaje de regreso al país, tras descansar algunas horas luego de la victoria sobre Japón. Por ahora los jugadores dispondrán de un periodo para despejar la cabeza, comentó el volante Andrés Guardado, quien reconoció que la presión se mantiene en el hexagonal de la Concacaf, cuyo próximo partido será el 4 de septiembre contra Honduras.

“Nos toca ahora despejar un poco la cabeza. Sacarnos lo que ha pasado, limpiar todo, meter chip nuevo para cada uno de nosotros en las pretemporadas con los respectivos equipos, hacerlo de la mejor manera, ganarnos un lugar otra vez y regresar a la selección con todas las ganas de lograr ese pase al Mundial”, agregó.

Sin saber todavía cuándo deberá reportarse con el Valencia, el atacante coincidió con el delantero americanista Raúl Jiménez, quien reconoció que este tipo de concentraciones llegan a resultar tediosas y cansadas para los futbolistas.

El Tri comenzó a reunirse el 26 de mayo en la capital mexicana, al día siguiente voló a Houston para enfrentar el último día de ese mes a Nigeria en partido de preparación. De ahí se trasladó a Jamaica y luego a Panamá, para volver al Distrito Federal a recibir a Costa Rica. Enseguida viajaron a Brasil, para afrontar la Copa Confederaciones.

Aunque todos los jugadores se olvidarán los próximos días de balones y camisetas verdes, el cuerpo técnico seguirá los trabajos con el plantel que se prepara en el Centro de Alto Rendimiento para disputar la Copa Oro, a realizarse del 7 al 28 de julio en Estados Unidos.

En tanto, los americanistas Diego Reyes y Raúl Jiménez se mostraron contentos por haber jugado en el último partido, la victoria sobre Japón. Siempre soñamos portar esta playera y hacerlo juntos fue realmente muy bonito, dijo Reyes, quien está listo para integrarse con su nuevo equipo, el Porto de Portugal.

Jiménez destacó que el triunfo en los Juegos Olímpicos nos ayudó a vivir un entorno de presión, con estadios siempre llenos, como los que se viven en la absoluta.