Fortaleza, 19 de junio.

El Tri por fin encontró una fisonomía más coherente con un juego más articulado... pero de nada sirvió. Ante los fogonazos del talento individual y la confianza colectiva, Brasil venció 2-0 y dejó al conjunto del técnico José Manuel de la Torre fuera de la Copa Confederaciones.

La diferencia tiene nombre de promesa y se llama Neymar. El joven recién fichado por el Barcelona se encargó de dar tranquilidad a su equipo con un gol a los nueve minutos y de redondear su actuación pasado el tiempo reglamentario con una jugada que exhibió la fragilidad de la defensa mexicana: se comió a tres zagueros y envió un pase que sólo tuvo que dar un empujoncito su compañero Jo, quien llegaba solo al área.

Desde el primer minuto Neymar enseñó los dientes y estableció que su talento es una realidad y los catalanes no apostaron a ciegas. Hiram Mier sudó apenas silbó el árbitro para escoltar al joven delantero, quien logró desbordarlo en una de sus primeras intervenciones, pero Héctor Moreno estuvo atento para frenar ese balón que ya había llegado a Fred.

Ya había quedado claro que no sería un juego de niños y que los brasileños querían seguir con su paso eficaz y, de ser posible, cobrarse la afrenta que sufrió la canarinha olímpica en Londres 2012, pues seis jugadores de su actual plantilla sucumbieron ante los mexicanos en la disputa por el oro. Hoy pudieron quitarse la espina clavada durante 10 meses.

Esa llegada de Neymar no era una bravuconada; se convertiría un dolor de cabeza, pues no sólo insistiría a lo largo del duelo, sino que además abrió la cuenta cuando un desvío del Maza Rodríguez fue prendido de volea por el ex jugador de Santos y ni el vuelo de Jesús Corona pudo evitar el primer gol de la tarde.

Después la verdeamarela sólo se mantuvo atenta y dio algunos fogonazos de su potencial para no dar mucha confianza al rival.

Chepo de la Torre, en tanto, empezó a padecer la presión. No repitió alineación y su tirada de dado parecía de inspiración defensiva. Le funcionó en parte, pues el equipo tricolor tenía un aspecto coordinado y con más soltura que en los duelos anteriores.

Neymar no se quedaba quieto, como si quisiera convencer al mundo de que su nombre se enfila rumbo a los más grandes. Se quitó con autoridad a Mier y bajó aristocráticamente el balón con el pecho para recetar un fogonazo que se fue arriba del arco. Silbidos y resoplidos de alivio para los mexicanos.

El que demostró que estaba bien aceitado fue Gío, quien funcionó como una pieza útil en los desbordes, pero tanto Chicharito Hernández como Guardado llegaron tarde a las llamadas y nunca inspiraron verdadero peligro.

Foto Ap

En la segunda parte Neymar volvió a meter en aprietos a la zaga mexicana y en una pared con Hulk, vio cómo su compañero con nombre de superhéroe fallaba una oportunidad ante el guardameta mexicano.

Neymar funcionaba así: como un oleaje vertiginoso, mientras su equipo se guardaba para una mejor ocasión. Con su compañero Paulinho volvió a tocar la puerta, pero el joven goleador disparó cerca del poste y Corona demostró que aún en desventaja es firme en su oficio.

Luego Barrera también buscó centrar con precisión y urgencia; mala combinación, y los intentos fallaron porque Guardado llegó mal o porque Chicharito no alcanzó a conectar. Lo que sea, pero algo hizo falta que ni Chepo ni los jugadores supieron qué fue.

En el tiempo de compensación otra vez Neymar, letal y casi arrogante, desbordó por la izquierda, quebró a Mier y le hizo túnel ante los ojos del Maza; engañó a Salcido y centró para Jo, que empujó el segundo tanto definitivo.

Al finalizar, el técnico De la Torre dijo que “el equipo hizo un esfuerzo, pero Brasil es un gran rival y la capacidad de algunos jugadores hicieron diferencia.

No se cumplió un objetivo, nada más. No sé que entiendas por fracaso, fracaso es dejar de luchar, de pelear y estamos en un camino muy comprometidos con nuestra meta. Algunos los puedes cumplir, pero en esta competencia no lo logramos y esto es así.

Chepo afirmó que esta derrota no afectará la eliminatoria mundialista porque se trata de un torneo distinto.

Jesús Corona consideró que el Tri tuvo mejor actuación pero de nada sirvió pues al final perdieron: Se generó más juego, pero esto no sirve si no ganamos. Nos urge ya una victoria.

En tanto, Chicharito admitió que se está lejos de lo que se busca en el equipo, pese a todo, rescató la mejoría que mostraron ante Brasil.

Las palabras sobran, dos derrotas. Creo que hablar ya está de demás. Nos vamos con un sabor amargo, pero viendo el lado positivo se mejoró muchísimo comparado con el partido contra Italia, agregó.

Por su parte, Scolari consideró que el ambiente en el estadio Castelao asustó un poco a México: “Fue algo asombroso y yo lo sentía. Tuvimos un excelente inicio, después México empezó a dominar, arriesgó un poco más y nosotros no jugamos tan bien como contra Japón. Tuvimos problemas cuando David Luiz salió por estar lastimado y ahí creció el Tri”.