Escaso apoyo a huelga convocada por dos sindicatos en rechazo a la represión
Martes 18 de junio de 2013, p. 23
Estambul, 17 de junio.
El gobierno de Turquía amenazó hoy con recurrir a las fuerzas armadas para acabar con las protestas contra el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en una jornada en la que dos poderosos sindicatos salieron a la calle en defensa de una huelga general que tuvo escaso apoyo.
Un día después de la demostración de solidaridad con el gobierno que reunió a unas 100 mil personas en un acto convocado por el Partido Justicia y Desarrollo, el vicepremier Bulent Arinc endureció el tono contra los manifestantes y agitó por primera vez el espectro de un llamado a las fuerzas armadas.
La policía utilizará todos los medios que le son conferidos por ley
, dijo Arinc, y añadió: si eso no es suficiente, incluso las fuerzas armadas podrían ser utilizadas en las ciudades con la autorización de los gobernadores
.
Proclamadas como defensoras de la Turquía laica, las fuerzas armadas han intervenido en política mediante golpes de Estado perpetrados en la segunda mitad del siglo XX, pero Erdogan –en el poder desde 2003– impulsó purgas internas que dejaron diezmada a su jerarquía.
Dos poderosos sindicatos, la Confederación Nacional de los Obreros Revolucionarios y la Confederación Sindical de los Empleados del Sector Público, decretaron para este lunes una huelga en protesta por el excesivo uso de la fuerza
policial, particularmente al inicio de las manifestaciones antigubernamentales.
Sin embargo, lejos de las marchas multitudinarias de la semana pasada en defensa del parque Gezi y en contra del gobierno de Erdogan, las dos organizaciones apenas pudieron movilizar a unos miles de personas en Estambul y Ankara.
En Estambul, cuando los sindicatos empezaron a dispersar sus columnas de manifestantes, la policía atacó con gas lacrimógeno y balas de goma; los sindicalistas respondieron con palos y piedras.
Policías antimotines dispersaron con chorros de agua a aproximadamente mil sindicalistas reunidos en el distrito de Kizilay.
El ministro del Interior de Turquía, Muammer Guler, hizo un llamado general a los trabajadores para que no participen en las acciones ilegales
promovidas por los sindicatos.
Según el último balance del sindicato de médicos turcos, cuatro personas murieron y cerca de siete mil 500 resultaron heridas. Una asociación de abogados de Estambul informó que 441 personas fueron detenidas el domingo, después del desalojo.
Pese al rechazo de Erdogan a las críticas del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, la canciller alemana Angela Merkel volvió a cuestionar los métodos policiales empleados en Estambul y Ankara, y dijo que lo que está pasando en Turquía no se ajusta a nuestras ideas de libertad de manifestación y de opinión
.