En la última década aumentó 20 por ciento en personas menores de 30 años
Exposición excesiva e incorrecta a radiación ultravioleta explica la mayoría de las lesiones neoplásicas, señala el Incan
Complicaciones severas pueden llevar a perder los ojos y la nariz
Viernes 14 de junio de 2013, p. 36
Por su ubicación geográfica, México es una zona de alto riesgo para el desarrollo de cáncer de piel. El país está en una región –a la altura del Trópico de Cáncer– donde ya se ha comprobado que la intensidad de la radiación solar es mayor y de prácticamente durante todo el año. Aunque no existe información estadística certera sobre la frecuencia de la enfermedad, estimaciones internacionales señalan que aumentó 20 por ciento en la década reciente y sobre todo en las personas menores de 30 años de edad, afirmó Juan Zinzer, especialista del Instituto Nacional de Cancerología (Incan).
Dijo que las personas de piel blanca y ojos claros tienen un mayor riesgo de presentar melanoma o algún carcinoma que si bien no es maligno, sí puede provocarles complicaciones severas, al grado de llevarlos a la pérdida de órganos como ojos o nariz.
En conferencia con motivo del Día Mundial del Cáncer de Piel, Mayra Galindo, directora de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, señaló que la exposición excesiva e incorrecta a la luz solar y específicamente a la radiación ultravioleta, explica la mayoría de las lesiones cancerosas de la piel (benignas y malignas) en el país y esto a su vez, se debe a la falta de información.
Zínzer mencionó que las úlceras que luego cicatrizan, se secan y con el paso del tiempo vuelven a salir, pueden ser un carcinoma basocelular que requiere atención médica. No son causa de muerte, pero igual que los carcinomas epidermoides, si se alojan en zonas como los párpados o la nariz, representan un riesgo para la salud de los pacientes.
Hasta 20 por ciento de los carcinomas epidermoides, pueden evolucionar a un tumor maligno, comentó.
Aunque el riesgo de la exposición solar es en general para toda la República, sólo en la ciudad de México se mide su intensidad y potencial afectación. Armando Retama, director de Monitoreo Atmosférico de la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal, explicó que la escala de medición va de 1 a 11, donde una radiación de luz ultravioleta de 1 a 2 no requiere ningún tipo de protección; entre 3 y 7 se necesita; cuando rebasa este nivel, debe haber protección extra, y en la ciudad de México el indicador está, generalmente, en 11.
No obstante, dijo, la semana pasada llegó a ubicarse en 14 y hace cinco años, el nivel máximo reportado fue de 18. De ahí la importancia y necesidad del uso de filtros solares (bloqueadores) de manera rutinaria.
Retama detalló que aun en condiciones de cielo nublado hay radiación ultravioleta. No se ve pero sí afecta la salud. También alertó que el riesgo se incrementa cuando baja el nivel de contaminación y debido a que los esfuerzos para mejorar la calidad del aire son cotidianos, también lo deben ser los enfocados a la protección de la piel.
Señaló que las horas de mayor radiación ultravioleta se dan entre las 11 de la mañana y las tres de la tarde y entre los meses de marzo a octubre los índices son extremadamente altos
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Reconoció la dificultad que existe para transmitir la información correcta, pues la exposición excesiva y sin protección es de alto riesgo para la salud, y sin embargo, el organismo requiere de pequeñas dosis de luz ultravioleta, la cual es útil para la síntesis de vitamina D. Esta a su vez, es protectora del sistema óseo.
Juan Zinzer explicó que existen lesiones, también causadas por el sol, que no siempre evolucionan a un tumor; no obstante, deben atenderse para evitar complicaciones o, incluso, la pérdida de órganos como los ojos o la nariz, donde con frecuencia se presentan carcinomas de piel.
Recomendó a la población poner atención sobre los lunares y acudir con el especialista cuando éstos son asimétricos, tienen bordes irregulares o un color que no es uniforme y si cambian de tamaño con el paso del tiempo.