Debido a las reiteradas amenazas de muerte en su contra, Rubén Figueroa, defensor de los derechos de los migrantes, se retiró temporalmente del albergue para indocumentados La 72 –ubicado en Tenosique, Tabasco–, luego de que las autoridades nunca aplicaran las medidas de protección ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Salgo del albergue por las reiteradas amenazas de muerte hacia mi persona por bandas del crimen organizado. Definitivamente, no hay garantía alguna ni mecanismo eficiente que esté cambiando la situación (de inseguridad) y mi vida corre peligro, lamentó el activista en charla con La Jornada.

Recordó que el más reciente de los actos de intimidación en su contra ocurrió el sábado pasado, cuando un integrante del crimen organizado lo amenazó de muerte de forma directa. Aunque dicha persona fue detenida por la procuraduría local unas horas después, sólo fue enviado al juzgado de paz, como si fuera responsable de una falta menor, al tiempo que dos de sus cómplices fueron puestos en libertad.

Fray Tomás González (director del albergue La 72) y el resto del personal siguen trabajando, pero yo tenía que irme porque el peligro es inminente. Tengo miedo y rabia porque la situación no ha cambiado para nada, a pesar de que la CIDH emitió la orden de establecer medidas cautelares, dijo.

Aunque dejó abierta la posibilidad de volver a sus labores cuando las circunstancias de riesgo hayan disminuido, Figueroa denunció la complicidad y desinterés de los tres niveles de gobierno hacia los indocumentados y los defensores de derechos humanos que los protegen, lo que hace posible que la tragedia humanitaria continúe.