Jueves 13 de junio de 2013, p. 2
Santiago, 12 de junio.
Astrónomos suizos descubrieron a través de un telescopio en Chile un nuevo tipo de estrella variable cuyo brillo cambia, que aún no fue bautizada y de la cual se desconocen detalles, informó este miércoles el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), que administra el observatorio La Silla.
El descubrimiento se basó en la detección de cambios muy pequeños en el brillo de las estrellas de un cúmulo. Las observaciones revelaron propiedades anteriormente desconocidas de esas estrellas que desafían las actuales teorías y abren nuevas interrogantes sobre el origen de las variaciones
, dijo ESO en un comunicado.
El hallazgo fue realizado por un equipo de astrónomos suizos, utilizando el telescopio suizo Euler de 1.2 metros, instalado en el Observatorio La Silla de ESO, en la ciudad de La Serena, unos 500 kilómetros al norte de Santiago.
Los nuevos resultados se basan en medidas regulares del brillo de más de 3 mill estrellas del cúmulo estelar abierto NGC 3766, durante un periodo de siete años
, que revelaron que 36 de esas estrellas seguían un patrón inusual: pequeñas variaciones regulares en su brillo que suponen un 0.1 por ciento de brillo normal de las estrellas.
Estas variaciones tienen periodos de entre dos y 20 horas. Las estrellas son algo más calientes y brillantes que nuestro Sol, y de no ser por estas variaciones no se distinguirían de las demás estrellas de su tipo. Este nueva clase de estrella variable aún no ha sido bautizada
, agregó ESO.
La simple existencia de esta estrella variable es un reto para los astrofísicos. Los actuales modelos teóricos predicen que su luz no debería variar periódicamente, por lo que nuestros esfuerzos se centran ahora en saber más sobre el comportamiento de este nuevo y extraño tipo de astro
, dijo Sophie Saesen, miembro del equipo de astrónomos.
No obstante, aún no se conoce la razón por la que varían esas estrellas. Hay una clave que puede resultar reveladora: algunas parecen rotar muy rápido. Giran a velocidades que suponen más de la mitad de su velocidad crítica, que es el umbral en el que se vuelven inestables y lanzan material al espacio
, explicó ESO en el comunicado.