Berlín, 10 de junio.

El filólogo alemán Walter Jens, quien es considerado uno de los intelectuales que más marcaron la cultura alemana contemporánea, murió hoy a los 90 años de edad, informó su hijo Tilman Jens a medios alemanes.

Jens falleció en Tubingen, ciudad en la que fue profesor de retórica durante muchos años, así como director de la Academia de Arte de Berlín y jefe de la sección alemana de la organización PEN. Fue un intelectual fundamental en la segunda posguerra mundial, cuya obra siempre se mezcló con la historia y la actualidad a lo largo de todo el siglo pasado.

Según su pensamiento, Jens tenía el deber moral de comprometerse políticamente en los acontecimientos de su tiempo.

Crítico del armamentismo

Walter Jens nació en marzo de 1923, en Hamburgo, donde estudió hasta el bachillerato. Su debut literario fue con la narración El pañuelo blanco (1947), con seudónimo, donde se oponía a la dictadura.

A partir del 1950 formó parte del grupo de los 47, un movimiento de escritores de izquierda que se comprometió en la posguerra con el renacimiento de la cultura alemana que había quedado sepultada por la dictadura nazi.

En tiempos más recientes, siempre luchó contra la política armamentista alemana y criticó la intervención en Irak de Estados Unidos y sus aliados.

En 2003 reaccionó de manera decidida a las acusaciones de haber pertenecido a la juventud nacionalsocialista, y explicó que había sido añadido a la lista de jóvenes nazis en 1942 sin su conocimiento. A partir de 2002 se retiró progresivamente de la vida pública, debido a la enfermedad de Alzheimer que lo privó de la palabra y le imposibilitó la escritura.

El portavoz de la canciller federal, Angela Merkel, Steffen Seibert, dijo hoy que Jens fue uno de los intelectuales más significativos, que jugó un papel fundamental en el debate público tanto cultural como político en Alemania.

Durante décadas, su voz marcó tendencias en los grandes debates intelectuales y políticos del país, añadió Seibert.

Hace un lustro, con ocasión de sus 85 años, el entonces ministro de Cultura, Bernd Neumann, describió a Jens como a un pilar moral de Alemania y un demócrata comprometido.