areciera irrelevante que un torero mexicano con talento se presente o deje de hacerlo en la devaluada Plaza México, habida cuenta que la base que sustenta a la tauromaquia, el toro con edad y trapío, ya sólo ocasionalmente sale por toriles. Sin embargo, algo tendrá que ver, además del número de festejos toreados aquí y en ruedos europeos, la moral que deja haber tenido la satisfacción de triunfar, como matador de alternativa, ante el público, más aguantador que conocedor, del coso de Insurgentes.

La racha de triunfos sucesivos alcanzados recientemente en la plaza de Las Ventas de Madrid por los jóvenes espadas Diego Silveti, Arturo Saldívar y Joselito Adame, con incuestionable corte de una oreja –Adame otra más en su segunda comparecencia por estructurada y torera labor–, se vio interrumpida la tarde del pasado jueves con la cornada que recibió en el muslo derecho el joven tlaxcalteca Sergio Flores por el toro de su confirmación, un cinqueño de Juan Manuel Criado. El hombre no fue a ver si podía, sino porque ha podido fue, tras una brillante etapa de novillero en ruedos españoles, un exitoso doctorado en Bayona, Francia, y una triunfal campaña en su país aunque sin pisar la Plaza México, sin otro motivo que los caprichos empresariales autorregulados y de espaldas a la afición.

Lo verdaderamente revelador del digno desempeño de estos diestros mexicanos en Madrid –el viernes Juan Pablo Sánchez topó con un deslucido lote de Alcurrucén–, es que los cinco son hechura del medio taurino español. Allí afinaron su técnica y han ido puliendo su estilo, justificándose en cada tarde desde novilleros, a pesar del celoso y cerrado medio taurino de allá, que al cuarto para las doce y ante la severa crisis española recordó que en el resto de los países taurinos hay figuras en potencia, siempre y cuando cuenten con la formación, motivación y rodaje adecuados.

Ello confirmó también que la organización del espectáculo taurino en México hace mucho dejó de apoyar el surgimiento de nuevos valores con la suficiente continuidad y oportunidad para propiciar el necesario relevo generacional de toreros con imán de taquilla. Ya podrá la nueva Comisión Taurina del Distrito Federal invitar a inscribirse en la escuela de la Plaza México y contar con alumnos llenos de cualidades. El gran impedimento seguirá siendo una estructura empresarial sin intenciones de unir esfuerzos para hacer repuntar el espectáculo… más unas nuevas autoridades ataurinas.

Al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, en agosto del año pasado le urgía cancelar la concesión a la empresa Protauro, del empresario y ganadero Juan Huerta Ortega, de la plaza de toros El Relicario por causas de utilidad e interés público (sic), aunque entonces no tenía claro para qué. Han transcurrido 11 largos meses y esa imaginativa administración, que lo mismo importa gigantescas ruedas de la fortuna que construye teleféricos en la capital poblana, sigue sin saberlo.

Por poderosas razones, a principios de abril pasado el gobierno de Moreno Valle, sin haber pagado la prometida y obligada indemnización a la empresa Protauro, informó que ahora sería Promotoreando, SA., del empresario y ganadero Alejandro Martínez Vértiz, la encargada de montar en el para entonces desvencijado coso tres festejos con motivo de la Feria de Puebla. El neoporfirismo en pleno.

Al respecto, el periodista y analista taurino Jaime Oaxaca señaló: “Casi un año estuvo abandonada la plaza, sin mantenimiento y sin permitir que los toreros entrenaran ahí. El único uso del coso durante un tiempo fue como tendedero de los policías que lo cuidaban. Cuando se cansaron de cuidarlo el inmueble fue víctima de la rapiña. Robaron cables de luz, instalaciones eléctricas, lavabos, sanitarios, mingitorios y lo que pudieron. El colmo fue que el 5 de mayo a unos taurinos se les ocurrió develarle una placa a Moreno Valle en el patio de cuadrillas del coso ‘por su apoyo a la fiesta brava’. Pero cuál apoyo, si dejó a la afición poblana 339 días sin toros, se apropió del coso a la mala y permitió que la rapiña lo desmantelara. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece y cada afición la fiesta que se merece. Por eso en este país nos va como nos va, por arrastrados y agachones”. Ahora aléguenle.

Hoy arranca la feria taurina de Tultitlán, estado de México, organizada por José San Martín, donde ya fue inaugurada una interesante exposición taurino-artesanal, con un original festejo: el rejoneo con obstáculos de Jorge de Jesús El Glison y su grupo de recortadores, y los becerristas Rafa Mirabal, Emiliano Villafuerte, José Ma. Mendoza, Sara Edith y Carlos Mauricio, con reses de distintas ganaderías. Y el domingo 16: Gastón Santos, Arturo Macías, Fermín Rivera y Angelino de Arriaga, con uno de Espíritu Santo y seis torazos de Xajay. Los festejos comienzan a las 13:30 horas.