La selección mexicana de futbol regresó al país tras cumplir una gris gira por Centroamérica, como parte de la eliminatoria mundialista, en la que ocupa el tercer lugar, empatado en siete puntos con Costa Rica y Estados Unidos, aunque el Tri lleva cinco partidos disputados, uno más que ticos y estadunidenses.

Giovani dos Santos, Gerardo Torrado, Aldo de Nigris, Carlos Salcido y compañía, con rostros de fatiga y posando con desgano para las cámaras de algunos maleteros, pasaron rápidamente la aduana y buscaron una salida alterna, acompañados por el auxiliar técnico Luis Fernando Tena, maniobra que les permitió evadir a la prensa.

Dos horas antes y en otro vuelo procedente de Panamá, llegó el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán, al frente de directivos.

Compeán, quien hace unos días declaró en tono festivo que estaba a muerte con el seleccionador José Manuel de la Torre, ayer fue el primero en negarse a hablar.

Con cara larga y visiblemente molesto por el pálido juego ante Jamaica, que el Tricolor ganó por la mínima ventaja, al que siguió el del viernes por la noche; un horrible 0-0 ante Panamá, se apersonó ante los reporteros para hacer una súplica: Por favor, no me entrevisten. Les digo que no voy a hablar. Discúlpenme.

Después de cinco meses sin triunfos, México esperaba ver a su selección ejercer con autoridad su condición de favorito del área de la Concacaf en sus visitas a Kingston y a Panamá, pero los dirigidos por el Chepo tuvieron un pobre desempeño que sólo sembró mayores dudas.

En el aeropuerto capitalino los jugadores salieron por una puerta alterna y abordaron el autobús que los condujo al Centro de Alto Rendimiento, ubicado al sur de la capital, donde quedaron concentrados. Ahí realizaron trabajo regenerativo y este domingo tendrán otra sesión.

El lunes trabajarán en el estadio Azteca a las 11:00. Posterior al entrenamiento De la Torre ofrecerá una conferencia de prensa y el martes recibirán a Costa Rica, en otro juego calificatorio para el Mundial de Brasil 2014.