El conjunto habitacional La Valenciana, que se promovió hace cuatro años por autoridades del Gobierno del Distrito Federal como la primera unidad ecológica y que se replicaría en otros puntos de la ciudad, quedó a medias y hoy los muros verdes o jardines verticales colocados en cinco de sus edificios se encuentran secos y en el abandono.

El proyecto, que requirió una inversión de 2 millones de pesos, incluía la instalación de calentadores solares, huertos comunitarios y plazoletas con áreas verdes, pero nunca se concretó en su totalidad el desarrollo inmobiliario, ubicado en la colonia Juan Escutia, en los límites de la delegación Iztapalapa y el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl.

De acuerdo con los vecinos, sólo se colocaron los muros verdes, que en la actualidad representan un riesgo, ya que se registraron dos pequeños incendios durante las fiestas patrias, por lo que han peregrinado con todo tipo de autoridades para que sean retirados, sin tener resultados.

Alberto Martínez Hinojosa, avecindado en esta unidad, explicó que los jardines verticales sólo se conservaron alrededor de seis meses, porque el sistema de goteo que operaba de manera automática se averió, mientras que las bombas y los tinacos fueron robados.

Las canaletas colocadas para la captación de agua pluvial ahora son utilizadas por los gatos –que han proliferado por este sitio– para dormir.

Los tubos de arriba los rompieron a patadas, fue envidia o coraje, no lo sabemos, porque se veían muy bonito, todo verde. Cuando el ingeniero que puso las instalaciones vino a ver cómo estaban hasta quería llorar. Lo que hicimos mal es no enrejar el equipo, comentó Carmen, otra de las vecinas.

El abandono en que se encuentran los muros verdes ha sido tema en las asambleas condominales, pero se ha rechazado la rehabilitación. A las unidades nos dan un recurso para el mantenimiento, pero la mayoría de la gente ha dicho que se utilicen para cosas que sean útiles, comentaron.

Tampoco ninguna autoridad se ha comprometido a retirarlos. Ya han venido y les hemos dicho si los quitan también deben restaurar los edificios, porque para montar las estructuras colocaron unos taquetes enormes, que los trabajadores los agarraban de escaleras, por ahí subían y bajaban, imagínese el tamaño de los hoyos que nos dejarían.

Convencieron a mucha gente, porque lo pintaron muy bonito, vinieron los medios de comunicación e hicieron todo un show, pero después ya nadie se hizo responsable del proyecto, recriminó Martínez Hinojosa.