El marchista Erwin González, quien libra el último año como juvenil, señaló que la nueva generación de andarines se enfrenta a “una gran responsabilidad por el vacío de resultados de muchos años.

Afirmó que si bien puede hablarse de avances en la caminata mexicana –como el hecho de que ahora la mayoría estudia– y se ha mejorado la técnica, falta unión y trabajo en equipo para volver a ser competitivos en el plano mundial.

Tenemos el compromiso de mejorar los resultados de los atletas más grandes de este momento para tener toda la confianza de la Conade (Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte) y de los entrenadores para llegar a Río de Janeiro en nuestro máximo momento, dijo en entrevista al concluir su práctica en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento, donde reside y entrena.

El atleta de 19 años asegura que bajo la dirección de su entrenador, el español Xavier Rodríguez, tiene claros los objetivos: “Estamos en el salto a la élite, pero obviamente ya tenemos un nivel. Nuestra obligación es resaltar la marcha a escala mundial: el próximo año asistir a la Copa del Mundo en los 20 kilómetros y, a largo plazo, en mi caso, saltar a los 50.

En Río de Janeiro tenemos que buscar la medalla para que regrese la marcha mexicana a nivel internacional.

Al preguntarle sobre las mejorías que podrían tener los nuevos marchistas, González dijo con pesar: “No hay grandes cambios. Cada atleta está con su entrenador y hay muchos dispersos. Creo que lo que se hacía antes era una selección y eso es lo que debería hacerse en estos momentos.

En mi formación, con mis compañeros, como Alejandro Ortega, he visto el cambio para bien, por lo que antes los atletas de alto rendimiento, de marcha específicamente, no estudiaban. Ahora ya lo hacen, y más que hay una competencia de Universiada.

“Sin embargo, a nivel competitivo, lo que nos ayudaría es formar un grupo, reunirnos todos los seleccionados con un entrenador y un asistente para que podamos hacer en equipo, porque entrenar solo es difícil.

Es más fácil subir de nivel con atletas de tu mismo rango, por ejemplo. Si entrenara con Tadeo Vega subiríamos más rápido porque los dos empezamos igual y en la mayoría de las competencias, desde juvenil menor, hemos roto todos los récords: mexicanos y de olimpiada nacional”, dijo sobre las marcas que prevalecían hace dos décadas.

Eso nos ayuda porque hay pique, así que es querer y entrenar más porque sabemos que él o yo vamos a llegar mejor, pero jamás te confías con un rival de la misma categoría, agregó, y mencionó que podría ser similar lo que en su tiempo sucedió con Bernardo Segura y Noé Hernández.

Sobre la cuestionada técnica mexicana, el andarín señaló que es un asunto de mala fama ante los jueces, la cual, se mostró convencido, empieza a transformarse en buena, porque se han corregido aspectos desde la formación, que en su momento fue guiada por el español Jordi Llopart.