El cantante queretano vuelve a la música después de que le extirparon tumores de la garganta
sólo nos detiene el miedo al ridículo
En 22 años de carrera ha grabado 14 discos, uno producido con Alejandro Marcovich
Sábado 1º de junio de 2013, p. 8
Monterrey, NL, 31 de mayo.
La inspiración la tenemos todos, lo que nos detiene para ser poetas, músicos o pintores es el miedo al ridículo; pero el trabajo, el oficio, hacen la diferencia entre el arte y lo desechable
, dice el poeta, cantante y compositor queretano Juan Carreón.
Después de cuatro años en los que se dedicó a escribir un libro de poesía y dar clases, vuelve a la vida de viajero y bohemio, ya plenamente recuperado de la operación de dos tumores en la garganta que, dice, nunca lo hicieron temer, porque sería imposible no cantar: aunque no tengas voz, cantas por dentro; mi vida ha sido a través de la música
.
Carreón se presentó en el café Nuevo Brasil, invitado por su amigo, el fotógrafo y promotor, Arturo Estrella. “Es el inicio de otra etapa que me estoy fabricando; aunque he sacado tres discos (para completar 14) no he promovido ninguno en cuatro años, entonces me voy a dedicar a presentarlos de un trancazo para no estar dando vueltas a lo Borras.
“Son canciones mías, que se han escrito la mayoría en carretera, en centrales de autobuses, en salas de aeropuertos, porque muchos años de mi vida me dediqué a tocar en estados de la República Mexicana y en distintos países.
“Dice la gente inteligente que sólo hay dos temas sobre los que se hacen canciones: comunión y separación. Lo hago con ironía, con humor, con tristeza, dolor, desesperación; con boleros y rancheras, con tangos, rocanrol, blues y todo lo que puede ser la vida del viajero.
Algunos los hice con disqueras, otros grabados al vuelo y, pues, esta es mi banda sonora, la banda sonora de la vida
, comenta el cantautor que escribió entre otras canciones El grillo, que grabaron entre otros el grupo Cuerdas y Madera.
A lo largo de 22 años de carrera, Juan Carreón ha estado acompañado por grandes figuras y buenos artistas que no son conocidos. “He coincidido con Paco de Lucía, y en los grandes festivales de Europa con Jorge Reyes (quien mezclaba música prehispánica con rock), quien me invitó en Madrid.
“Con Alejandro Marcovich (guitarrista de Caifanes) produje un el disco Pa’ qué voy al cielo, que entre otros temas incluye Guitarra sola o Huapango de la guitarra; Joaquín Sabina me invitó a cantar para 13 mil personas en la fiesta de Las Fallas, en Valencia.
He participado en entrevistas y conciertos maravillosos; en el auge de la música mexicana estuvimos en las mismas entrevistas Chavela Vargas, Cecilia Toussaint, Lila Downs y yo; me tocó hacer los circuitos de Madrid, Libertad Ocho, el que más quiero de todos.
Juan Carreón comenta que tiene intenciones de crear una disquera, porque la industria está muerta
, afectada por sus propios errores y la piratería que, en cierto modo, también hizo justicia, ya que las empresas hacían firmar contratos leoninos a los autores”.
En su caso, por ejemplo, firmó con Warner tres discos y uno está firmado como editorial; “luego sacaron los otros dos y me dejaron sin posibilidades de trabajar con otras disqueras durante siete años, de los 33 a los 40, lo que es una mentada de madre.
Esta aldea global que vamos formando poco a poco nos abre la oportunidad de oír lo que queremos, si tenemos la curiosidad para encontrarlo. Ya no son tan necesarias las disqueras, lo cual me parece terrible de alguna manera, porque si hubieran sido éticos y decentes, tendríamos un negocio con ganancias para todos.
Sobre la situación actual de la música, dice Carreón que la mayoría de los trovadores, “seres de izquierda con ganas de leer y curiosidad suficiente como para crecer, se encajonaron, despreciaron la música anglosajona, y se dedicaron a tocar Canto Nuevo, que murió en determinado momento, por sumarse a un movimiento de tendencia política cuando todas las tendencias cayeron en desgracia. .
“El mundo se está desmoronando, económicamente se cae a pedazos y nosotros seguimos buscando banderas para taparnos, cuando deberíamos tirarlas todas a la basura y empezar una nueva era que tuviera que ver con sobrevivir como grupo.
“La cosa sería no ser una veleta, que vaya navegando con la bandera del vox populi, esa que dice que si 4 mil millones de moscas comen caca, no pueden estar equivocadas. No se puede dejar de ser sincero, para que el arte lo sea; el arte tiene que ser honesto, no predecible.”
Para Carreón, el más grande compositor que ha dado México es José Alfredo Jiménez, entre otras cosas, porque habla a la mujer de tú, “y por este trato igualitario a la mujer, viniendo del –aparentemente– más macho entre los compositores de México, pues resulta que es el menos macho, porque Agustín Lara las miraba en el piso o en las estrellas”.