Vampire Weekend
Soundgarden
Café Tacvba
ucha de la simpatía que ha generado la joven banda neoyorquina Vampire Weekend entre seguidores y ajenos, proviene de su candor y casi nula pretensión. Con un sonido de guitarras limpias, directo, sencillo, que ha combinado calipso, ska, punk ligero y afro-pop de los años 80, han proyectado muy buenas canciones: alegría, brillo, carisma; arreglos austeros, letras cáusticas, provenientes de la cabecita intelectual y vivaracha de su voz y mente frontal, Ezra Koenig.
Si bien en segunda y espléndida entrega (Contra, 2010) sonaron menos acústicos y emitieron menos hits obvios (como sí hubo en su destacado debut homónimo de 2008), para agregar toques de electro-pop suave que los llevaron a lugares sónicos expansivos, en tercer y nuevo disco, Modern Vampires in the City (2013) logran equilibrar la dulzura composicional del primero con los timbres y sonidos atmosféricos del segundo, más un nuevo ingrediente, relacionado con el ánimo: ahora es más melancólico, existencial y personal.
Aunque prevalece el comentario político, la preocupación en torno a lo inevitable de la muerte deja atrás la alegría juguetona de su primer álbum o el sonido flotante del segundo. Aquí los teclados semi-barrocos se van al frente, el afro-pop prácticamente desaparece, las electro-percusiones son más contundentes, las atmósferas digitales prevalecen y aumentan los pasajes tanto de corales sintéticos como de cuerdas, siempre bajo la voz dulce, aguda y distintiva de Koening. La sensación final es la de un álbum de elegante pop contemporáneo, con mayor solaz melódico que brinco lúdico, cuya sencillez creativa prevalece, más no así su otrora carga emocional ligera, aquí más profunda: los vampiritos graduados de Columbia asumen con mayor firmeza su condición de entes modernos, tristes y urbanos, con un disco harto agraciado, menos comercial que lo previo, que potencia y luce sus talentos como dignos representantes de su camada nacida en los años 80. Se oyen con más sangre en las venas que lo emitido este año por sus paisanos de The Strokes, y con más futuro que varios pretenciosos de su generación.
Son para Milo, El Personal, Lafourcade y La Barranca
Viernes 31. 1. Con integrantes originales (Chris Cornell, Kim Thayil, Ben Shepherd y Matt Cameron –también baterista de Pearl Jam), Soundgarden viene por primera vez a México, representando el sonido del Seattle de fines de los años 80 y casi todos los 90: con más metal que grunge, y ascendencia hard-blues (Led Zeppelin, Black Sabbath), la banda reventará el Palacio de los Deportes con su nostalgia noise-rock salpicada de psicodelia y progresivo, y con el sonido auto-referencial de King Animal (2012). 20 horas, $400 a $1150. 2. El Personal, banda tapatía de culto, gracias al divertidísimo No me hallo (1988), con su fundador Andrés Haro al frente y nuevos integrantes, tocarán completo dicho álbum más temas del Sabe qué modo (2012). Imperial (Álvaro Obregón 293, Condesa). 3. Mayo 31, junio 1 y 2: en la Casa del Lago Juan José Arreola, últimos tres días del ciclo Poesía en Voz Alta 2013, donde la poesía se grita, se canta, se hace ritmo, para dejar de ser palabra y convertirse en otra cosa, inserta en la colectividad. Entrada libre. Programación completa: http://bit.ly/141q8wC 4. La inmejorable calidad vocal de Natalia Lafourcade. Plaza Condesa (Juan Escutia 4, Condesa). 20 horas, $430 a $658.
Miércoles 5, jueves 6 y viernes 7. Café Tacvba inicia su gira nacional El Objeto, en torno a su producción electro-folclórica El objeto antes llamado disco, 2012 (mi reseña: http://bit.ly/SapK74), con un montaje especial: escenario al centro y el público alrededor. Foro Corona (Industria Militar s/n, Lomas de Sotelo), 20 horas, $937.
Jueves 6. La Barranca presenta su nuevo álbum Eclipse de memoria, en el que a su sonido son agregadas marimbas, pianos, cuerdas, alientos. Con José Manuel Aguilera al frente, calidad y calidez aseguradas. Teatro de la Ciudad (Donceles 36, Centro). $158 a $507 (más recomendaciones en www.patipenaloza.blogspot.com )
Twitter: patipenaloza