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Luto en la cultura

Dijo que no podía concebirse sin sus historias, su pasión y su inteligencia

Su vida estuvo ligada a Alemania que lo acercó a la obra de pensadores germanos
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de mayo de 2013, p. 5

Doctor en Filosofía Germanística por la Universidad Libre de Berlín, José María Pérez Gay afirmó en varias ocasiones que no podía concebirse sin las historias de Joseph Roth, sin la pasión de Hannah Arendt y Heidegger, y sin la inteligencia y las preguntas de Habermas, Sloterdijk y Safranski.

El colaborador de La Jornada, quien vivió 16 años en Alemania y en cuyo idioma fue perfecto, conoció la obra de Martin Heidegger, autor de Ser y tiempo, pero su gran influencia como filósofo fue Immanuel Kant porque comprendió que Dios es un ser tan, tan poderoso, que no necesitó haber existido para dominar a los hombres.

En 1999, Pérez Gay fue anfitrión del filósofo alemán Jürgen Habermas, quien impartió una conferencia en el Antiguo Palacio de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En su su visita al país, Habermas sostuvo que la legitimación es clave para explicar la democracia.

En el libro de La profecía de la memoria. Ensayos alemanes, José María Pérez Gay señala que la obra de Jürgen Habermas resume las intenciones de toda una generación: El afán por el conocimiento radical de las cosas y los hechos, la afición por los clásicos de la filosofía, el estudio de las transformaciones del capitalismo y la elaboración de un nuevo concepto de teoría social; el repudio a la ideología y a la improvisación, y el deseo de entender la existencia.

En palabras del traductor de Roth, Kraus y Canetti, muy pocos filósofos han explicado como Heidegger la naturaleza de la condición humana, cuyo punto medular es la Alltäglichkeit, que significa la vida diaria o, como la traduce José Gaos, la cotidianidad.

Heidegger escribe capítulo tras capítulo uno de los textos de filosofía más apasionantes de nuestro siglo: el hombre es un ente que comprende al Ser, pero es un ser para la muerte. La mayor ilusión del hombre es creer que el tiempo pasa. El tiempo es la orilla; nosotros pasamos, él parece caminar.

Otro de los pensadores que estudió Pérez Gay fue Peter Sloterdijk, a quien consideró una de las figuras centrales de la reconstrucción del humanismo en los albores del siglo XXI. Sobre la obra de Rüdiger Safranski indicó que ofrece al mismo tiempo que el botín de los valientes exploradores del pensamiento, los dones de un escritor que sabe hacer con sus materiales el entramado de una aventura apasionante, inagotable, detectivesca, con abundantes alicientes para emprender el asedio del idioma alemán.

La lectura de Rüdiger Safranski ofrece otros placeres refinados, como puede esperarse de un escritor de pluma tan hábil, cuya curiosidad es sólo equiparable a su pasión por las preguntas, esa manera secular de referirse a los saberes herméticos, los enigmas de la antigüedad.

José María Pérez Gay fue uno de los grandes germanólogos del país y su vida estuvo ligada a Alemania desde mediados de los años sesenta, cuando se acerca a la obra de los pensadores de esa nación.