EU es una nación que se come a sus propios hijos: Jackson
Estrategia de bullying étnico y racial, acusan varias ONG
Domingo 26 de mayo de 2013, p. 15
Chicago, Illinois, 25 de mayo.
El cierre de 49 escuelas públicas de nivel primario en esta metrópoli –el más cuantioso que se haya dado de golpe en la historia de Estados Unidos– afectará a 27 mil niños afroamericanos y mexicanos que podrían perder entre tres y seis meses de clases. Es una decisión racista y clasista
, dijo Karen Lewis, presidenta de la Unión de Maestros de Chicago.
La medida fue tomada después de nueve meses de negociaciones, multitudinarias huelgas y plantones en contra de la privatización y destrucción de la educación pública. El alcalde Rahm Emmanuel cometió el peor error de su vida
, aseguró el presidente de una de las organizaciones sociales más antiguas de Chicago, Carlos Arango, de Casa Aztlán.
Los niños serán reasignados en escuelas denominadas charter, donde 60 por ciento de sus estudiantes son afroamericanos, 35 por ciento son mexicanos (latinos) y los anglosajones y asiáticos no representan ni siquiera 5 por ciento; la mayoría están ubicadas al pobre y violento sudoeste de la ciudad.
Radicales en Contra de la Discriminación, ONG opositora a este plan empresarial
, realizó un estudio donde se muestra una clara correlación entre los distritos en que ocurren mayor número de asaltos, robos y violaciones sexuales, con las escuelas que serán clausuradas en junio. La investigación añade que los edificios abandonados serán ocupados por vagabundos y se realizarán actividades ilícitas en su interior, creando un círculo vicioso por el cual la clase media de ese barrio saldrá exiliada
por la violencia e inseguridad.
Estamos hablando del asesinato (despido) de trabajadores, estamos observando el asesinato (cierre) de escuelas y tenemos un problema creciente de asesinatos en nuestra ciudad
, resumió Lewis, quien añadió que se trata de una estrategia de acoso étnico y racial por parte de las autoridades.
En esta ciudad, donde la violencia y la criminalidad de las pandillas juveniles se ha incrementado más que en Los Ángeles o en Nueva York, en 2012 se reportó que 319 estudiantes de escuelas públicas recibieron disparos, de los cuales 24 fallecieron. Uno de cada cuatro menores de edad ha presenciado al menos uno de los 2 mil 300 tiroteos, 12 por ciento más que en 2011, citan datos de la policía local y de la ONG Cure the Violence.
Las escuelas charter son públicas, selectivas y subsidiadas por el gobierno, pero administradas por corporaciones educativas sin fines de lucro. Su administración empresarial multa a los estudiantes que llegan tarde, no entregan tareas o incurren en desobediencia académica; sus egresados han alcanzado resultados y estándares académicos superiores al nivel estatal; también cuentan con un gran apoyo de padres de familia porque mantienen a sus hijos más días y horas en las escuelas y se preocupan menos por el ambiente pandilleril que existe en las escuelas públicas.
Jesse Jackson en un artículo publicado en el Chicago Sun-Times las criticó fuertemente y añadió: Necesitamos una estrategia integral para atender a la comunidad: reconstruir los vecindarios con vivienda accesible, transporte público sensible, clínicas y hospitales, mercados con alimentos de calidad mientras invertimos en los jóvenes a través de nutrición infantil, prescolar universal, clases más reducidas, buenos maestros, escuelas inteligentes, programas extra curriculares y universidades accesibles (a las mayorías)
.
Su hijo, Jonathan Luther Jackson, aseguró frente al sacerdote Alejandro Solalinde y una caravana de mexicanos, que Estados Unidos es una nación que se come a sus propios niños, mata las semillas de su propio crecimiento
y que 50 años después de que liberaran al negro, éste solamente es libre para morirse de hambre, ser brutalmente asesinado por la policía y ser discriminado por el Estado que le niega una educación de calidad
.
Esto coincide con el 59 aniversario de las históricas leyes Brown vs Board of Education, mandato que terminó con las leyes Plessy vs Ferguson, un conjunto de normas académicas y legales que exhibía a negros y mexicanos como animales estúpidos y violentos, biológicamente incapacitados para asistir a las escuelas.