Demandan a la Federación mantener la moratoria a importación de gramínea
Domingo 26 de mayo de 2013, p. 3
Diversas organizaciones no gubernamentales de Chiapas, Nayarit, Jalisco, Michoacán y Yucatán se sumaron este sábado a la campaña mundial contra la trasnacional Monsanto y exigieron al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no abrir las puertas al cultivo de transgénicos.
Con un festival en la Plaza Catedral de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, los asistentes demandaron a la Federación que reinstale y mantenga la moratoria a todo tipo de importación de maíces provenientes de otros países, y se rechacen las solicitudes de liberación comercial, piloto y experimental de maíz transgénico.
Los organizadores, la mayoría pertenecientes a la campaña Sin Maíz no hay País, pidieron declarar zona libre de transgénicos a todos los municipios chiapanecos, aplicando el artículo 90 de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados.
También manifestaron preocupación por la Cruzada Nacional contra el Hambre, cuyo enfoque no está orientado a la soberanía agroalimentaria y ecológica con apoyo a la producción, sino a la distribución de alimentos industrializados.
El festival incluyó la venta de alimentos y productos orgánicos para elaborar comida alternativa. Hubo además música, teatro, exhibición de películas y una ceremonia tradicional maya en la que se resaltó el valor del maíz para los pueblos originarios.
Mientras campesinos de los poblados nayaritas de Santiago Ixcuintla, Sauta, Villa Hidalgo y La Presa demandaron la salida de Monsanto de sus tierras, pues señalaron que se ha apoderado de zonas fértiles –unas mil 800 hectáreas de 2010 a la fecha– cuyos sembradíos son regados con agua proveniente del río Santiago.
David Zárate, agricultor, dijo haber sido invitado primero y después amenazado por la trasnacional para que en sus parcelas ubicadas en Sauta no siembre maíz criollo, pues éste al polinizar daña el grano que Monsanto tiene a 2 kilómetros a la redonda.
En Jalisco, integrantes de unas ocho agrupaciones como el Sindicato de Trabajadores de Honda de México y Trabajadores Democráticos de Occidente, pidieron en la plaza de armas, en Guadalajara, a las autoridades federales detengan las intenciones de Monsanto para sembrar maíz transgénico en un millón de hectáreas de estados del norte de la República.
El maíz transgénico es una sentencia de muerte para la solvencia alimentaria de los países, ya que acaba con la diversidad de especies nativas dejando a los productores mexicanos a merced de las gigantescas compañías trasnacionales
, aseguró Jesús Quiroz Pérez, campesino independiente de la comunidad de Ixcatán, en Zapopan.
En Michoacán, unos 500 miembros y simpatizantes del movimiento YoSoy132 marcharon del centro histórico de Morelia a la delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para protestar en contra de Monsanto, además clausuraron de manera simbólica la dependencia.
Carlos Olivares Hernández, integrante de YoSoy132, dijo que el gobierno federal, mediante la Cruzada Nacional contra el Hambre, pretende introducir 2.4 millones de hectáreas de maíz transgénico, cuyos productos son cancerígenos y provocan daños hepáticos, además de que amenaza el acervo genético de los diferentes variedades que se tienen en México.
En Mérida, Yucatán, unas 150 personas se manifestaron en el monumento a la bandera contra los alimentos genéticamente modificados y en rechazo a Monsanto, ubicada en la comunidad de Tekax, al sur de la entidad.
Con información de Elio Henríquez, Myriam Navarro, Javier Santos, Mauricio Ferrer, Ernesto Martínez y Luis A. Boffil Gómez