Andrés Fassi, vicepresidente del club Pachuca, admitió que el futbol es un negocio, pero aclaró que los clubes no sólo deben preocuparse por el aspecto económico, sino también por la influencia social de este deporte.

Tenemos en las manos el elemento más importante que existe en la vida de una persona: la pasión por el futbol, consideró e informó que su organización cuenta con más de 650 escuelas de futbol en todo el país que atienden a unos 250 mil niños y jóvenes, de donde han salido los nuevos elementos, como Héctor Herrera, cuyo fichaje al Porto está cercano y que los Tuzitos dominan las categorías infantiles y juveniles a escala nacional.

Claro que el futbol es un negocio, admitió Fassi, cuyo grupo Pachuca ahora cuenta con el aporte de Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes.

“Pero antes que decir que el futbol es un negocio, voy a decir que el futbol es un juego. Si lo manejamos con visión periférica, administrativa y social podemos generar definitivamente un importante negocio en beneficio de la afición y de la gente. Pero hay que partir de la base de que es un gran juego.

Fassi, argentino con más de 20 años en el balompié del país, destacó que México tiene todo para contar con un futbol de gran nivel.

Es un país que tiene todo para hacer las cosas bien. Tiene una afición con un gusto por el futbol casi única, una infraestructura que puede manejar volúmenes económicos para armar organización y estructura. Tiene la posibilidad de gente con poder empresarial y si además a esto le das la visión académica, social y deportiva hace que los proyectos puedan desarrollarse, consideró.

Recordó que tomamos al Pachuca en la segunda división y vislumbramos un proyecto para crear gran estructura en fuerzas básicas (porque) sabíamos que era el gran alimento para lograr una gran estructura, pero aclaró que no sólo queríamos hacer campeón un equipo, sino también darle una visión social y académica, lo que, dice, consiguieron con la creación de la Universidad del Futbol, en la que se busca dar a la gente del futbol toda la estructura en todas las áreas de este deporte. Se trata de un concepto globalizado.

El directivo tuzo observó otra ventaja en nuestro balompié: la pasión que se vive en México es la ideal, contrario a lo que sucede, por ejemplo, en su país de origen.

La pasión cuando se desborda y empieza a involucrar faltas de respeto o situaciones que incomodan, dejó de ser pasión. En México tenemos que cuidarlo mucho. Vivimos un futbol de pasión, de familia, para que no nos pase lo de otros países, observó.

–Pero ustedes trajeron las primeras barras –se le indica a Fassi.

–No, no. Nosotros trajimos una nueva innovación de apoyo para el equipo y de vivir el futbol con una pasión más determinada, pero nosotros jamás en la vida en 20 años hemos tenido un sólo problema en nuestro estadio o grupo de animación. Lo trajimos, pero está totalmente estructurado y manejado para que eso se pueda manejar, para que no se te salga de las manos y pueda seguir siendo un futbol de familia.