Rock combinado con un país absurdo dio como resultado un grito contra la lacerante realidad de México. Se trata del disco El gallinero, lanzado en octubre pasado como la primera propuesta del grupo Macario, que registra el hartazgo traducido a la asequible frase estamos hasta la madre de la corrupción, trata de personas, asaltos, migración, violencia y narcotráfico.

La temática es totalmente un grito contra la realidad que acontece hoy, siempre dejando ver una esperanza al final. Sí, creemos que a partir de lo que hagamos cada uno de nosotros, desde su trinchera, puede gestarse un cambio, afirma Federico Quintana (1981), bajista de la banda.

En este caso la trinchera es la música y las letras de Macario, grupo de rock integrado hace cinco años por Quintana, Claudio Pezzotti (voz), Iker Moranche (guitarra) y Rodrigo Vázquez (batería).

El cedé no contiene mentadas de madre contra nadie o acusaciones directas a políticos que se hicieron de la presidencia con mentiras y engaños, o señalamientos sobre los responsables de la migración forzada hacia Estados Unidos ni de la pobreza. Pero los temas están allí.

No es solamente tomar un discurso desinformado, o de maniqueo con un ¡Calderón chingas a (silencio)! Estamos más enfocados en la no respuesta, en la educación y en la actitud de la sociedad: todo lo que ha pasado es porque lo hemos permitido, apunta Rodrigo Vázquez (1974) en entrevista.

Ya no más, la sangre corre y no es del federal, dice el sencillo Línea federal, donde participa el escritor José Gordon y en cuyo video actúa Bruno Bichir.

Portada de El gallinero, primer disco de Macario

La idea de Macario es incluir a “bandas que les lata el proyecto y la propuesta, más allá de que toquemos rolas con un contenido social importante. Hay mucha gente que piensa lo mismo que nosotros y lo estamos plasmando en la música. Hay artistas que se unen en temas que nos atañen y que nos tienen hasta la madre. Mientras vayamos uniendo más personas, más fuerza tomará este llamado” contra los problemas que aquejan a la sociedad mexicana, señala Vázquez.

Macario, dice Quintana, no tiene la intención de cantar a alguien en específico, es una expresión. No va dirigido a nadie. Cada quien tiene algo que decir y la agrupación, desde la música y sin ningún tipo de pretensión, es lo que expresa. Si alguien se siente identificado será increíble, agrega el músico.

Entre otras canciones, el álbum de Macario contiene Fuego Cruzado y El General, sobre el narcotráfico, o Desierto, vinculada con el fenómeno de la migración forzada.

Las rolas –dijeron– fueron grabadas a la antigua: los cuatro músicos reunidos en un estudio de grabación para componer, tocar y concluir la obra. Además de la temática, los riffs de guitarra y la colaboración de Susana Harp completan este disco.

El pasado nueve de mayo, Macario –nombre en honor a la película mexicana de Roberto Gavaldón– tuvo una presentación en el Telón de Asfalto, donde además participó Alfonso André, baterista de Caifanes, con su más reciente disco en solitario.