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Están expuestos soldados que resultan heridos o ven morir a sus compañeros

Carece Sedena de siquiatras para tratar el llamado trastorno de estrés postraumático

Desde 2006 se han suicidado por diversas causas 107 militares, informa la dependencia

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de mayo de 2013, p. 7

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no cuenta hasta la fecha con médicos militares especialistas en ‘‘en siquiatría militar o de guerra’’ para atender los casos de trastorno de estrés postraumático (TEPT), que es un padecimiento al que están expuestos los soldados que participan en combates, sufren lesiones o accidentes, o que simplemente tienen traumas sicológicos por haber matado o visto morir a un compañero en acción.

Lo anterior pese a que casi 50 mil soldados participaron diariamente en acciones en contra del narcotráfico y crimen organizado de 2006 a 2012 –actualmente suman más de 30 mil–, y de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó en 1994 que el TEPT es un cuadro médico generado por una situación traumática (producto de una guerra, enfrentamiento, catástrofe natural, etcétera) que requiere de una atención especializada, reconoció la Sedena.

En información oficial entregada a este diario, la dependencia señala que cuenta únicamente con 26 siquiatras castrenses para atender a 800 mil militares activos, en retiro y a sus derechohabientes, lo cual contrasta con los requerimientos establecidos por la OMS, que recomienda un promedio de nueve siquiatras por cada 100 mil habitantes.

De acuerdo con especialistas internacionales en el tema, las unidades de sanidad militar son las encargadas de prevenir antes, durante y después de una misión trastornos de ansiedad, depresión o estrés agudo entre los soldados para evitar que los hechos que vivieron deriven en desapego emocional, fobias, pánico, insomnio, estado represivo y conductas de aislamiento.

En este contexto, la Sedena informó que de 2006 a 2012 se suicidaron 105 soldados y que en los dos primeros meses de este año dos militares más se quitaron la vida. Sin embargo, no ofreció mayores datos sobre las circunstancias ni causas que originaron los suicidios, o incluso si alguno había sido atendido previamente por algún desorden sicológico.

En una solicitud de transparencia presentada por este diario, se preguntó a la dependencia sobre quién determina si los militares involucrados en presuntas violaciones a los derechos humanos o en operativos en los que hubo muertos o heridos, sufren algún trastorno de TEPT o alguna afectación mental que requiera tratamiento especializado.

‘‘En primera instancia son atendidos por el médico general y en caso de que presenten sintomatología que haga sospechar algún trastorno mental, es facultad del especialista en siquiatría certificar dicho trastorno’’. Respondió la secretaría.

–¿Los médicos que certifica a estos soldados están avalados por universidades reconocidas?, ¿cuentan con experiencia en siquiatría militar o de guerra?

–No se cuenta con una certificación específica que avale a los médicos militares especialistas en el área de la siquiatría militar o de guerra.

–¿Cuántos soldados han recibido tratamiento psiquiátrico por TEPT del año 2000 a la fecha?, y de éstos, ¿cuándo fueron dados de baja del servicio activo y cuántos reciben tratamiento y continúan en activo?

–Únicamente se tienen registros a partir de 2007 a la fecha, de que 30 militares han recibido tratamiento psiquiátrico por TEPT, de los cuales actualmente reciben tratamiento 10, mismos que continúan en activo. Desde el año 2000 y hasta la fecha no ha sido colocado personal militar en situación de retiro por padecer el TEPT.

Por otra parte, la dependencia señaló que de 2006 al 6 de marzo de 2013, concluyeron sus estudios en la Escuela Militar de Graduados de Sanidad 17 siquiatras, y que en el mismo periodo ‘‘no se ha capacitado personal de médicos cirujanos en el extranjero en la citada especialidad’’.

En 2011, agregó, la Asociación Mexicana para Ayuda Mental en Crisis impartió el curso Autocuidados psicoemocionales para personas que atienden a víctimas del delito y la violencia, en el que se capacitó a 48 sicólogos y 22 siquiatras, además de que la institución Delfos, organización mexicana ‘‘orientada a atender problemas de salud mental’’, capacitó a 28 sicólogos y 12 siquiatras en el tratamiento para el trastorno de TEPT.

Situaciones inéditas

Altos mandos del Ejército señalaron que, a partir de diciembre de 2006, los militares se enfrentan a situaciones inéditas que los han obligado a modificar hábitos y costumbres, como participar por más de dos meses ininterrumpidos en operativos de alto impacto fuera del lugar en que tenían su domicilio, el que por primera vez la delincuencia organizada se enfrentara abiertamente a los militares en tiroteos y emboscadas en los que el uso de armas de alto poder y las bajas eran una constante y la tensión permenente de ser ‘‘blanco’’ de la delincuencia.

Cada vez son más las regiones y zonas castrenses en las que se prohíbe a los soldados salir uniformados a la calle, se les exhorta a no acudir a bares o cantinas por la noche para evitar ataques, donde están expuestos a sufrir emboscadas a plena luz del día y en las que la tensión por encontrarse en alerta permanente impacta negativamente en su salud física y mental, admitieron mandos castrenses consultados.