La Paz. El diálogo entre la Central Obrera Boliviana, el mayor sindicato del país, y el gobierno del presidente Evo Morales se mantenía estacando ayer luego que, tras la instalación de la mesa, la central regresó a hacer consultas a sus bases sobre la posibilidad de una tregua en la huelga iniciada hace una semana en demanda del pago del ciento por ciento en la jubilación. La parálisis se mantenía con nuevas amenazas para radicalizar las protestas con bloqueos a carreteras y manifestaciones callejeras, a pesar de que fueron liberados 343 de 345 sindicalistas detenidos. “Como nosotros hemos dado una señal fuerte (al tramitar la libertad de detenidos), también pedimos a los compañeros de la Central Obrera una señal, dijo ayer el ministro de Economía, Luis Arce.