Sociedad y Justicia
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Estudio reciente detalla las condiciones en que opera; hay carencias y rezagos

Grandes dificultades enfrenta el Conafe para desarrollar su labor

Sus resultados en Enlace, 23% abajo de la media nacional en español y 22% en matemáticas

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Clase en una escuela primaria de Tamazulapan, Oaxaca, en imagen de archivoFoto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de mayo de 2013, p. 33

Una alta tasa de deserción escolar, abandono de las funciones docentes del instructor comunitario, estancamiento del financiamiento y ausencia de un proyecto educativo que permita reducir las brechas de aprendizaje, son algunos de los retos que enfrenta el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), el cual atiende a poco más de 335 mil alumnos de prescolar, primaria y secundaria en comunidades rurales e indígenas en condiciones de pobreza.

De acuerdo con el diagnóstico La tarea del Conafe frente al desafío del sector educativo nacional, elaborado en marzo pasado, el organismo tiene presencia en 32.3 por ciento de las localidades del país, y atiende a 56.4 por ciento de las comunidades de alta y muy alta marginación. Cuenta con recursos por 5 mil 600 millones de pesos para impulsar el programa de educación inicial y básica para población rural e indígena, así como acciones compensatorias para abatir el rezago educativo.

Para realizar esta tarea cuenta con 78 mil 175 figuras educativas. Al menos 41 mil 444 corresponde a educación comunitaria (prescolar, primaria y secundaria). De ellos, 4 mil son capacitadores tutores; mil 190, asistentes educativos, y 36 mil 232, instructores comunitarios. Además, se cuenta con 32 mil 87 personas destinadas a educación inicial, y 4 mil 644 para apoyo pedagógico. Sin embargo, 19.6 por ciento de quienes realizan estas labores abandona las aulas antes de concluir el ciclo escolar.

Incluso, reconoce el Conafe, que la menor permanencia en el ciclo escolar es la del instructor comunitario, pues 20.4 por ciento no permanece en el aula, mientras que la tasa se reduce a 14.2 por ciento para el capacitador tutor, y 14.3 la del asistente educativo.

El documento destaca que la inversión que se destina tan sólo para el pago de los llamados instructores comunitarios, quienes se trasladan a pueblos aislados de menos de 500 habitantes para atender a niños de prescolar a secundaria, va de 22 mil a 24 mil pesos año, si es que se les ubica dentro de los 172 municipios considerados como prioritarios por el Conafe.

Las condiciones de su formación, capacitación y ejercicio docente tampoco son las mejores. En su diagnóstico revela que las tecnologías de la información a las que tienen acceso presentan rezagos generacionales y obsolescencia, tanto en equipos como en software, limitando la efectividad y la eficiencia laboral.

Señala que de los 5 mil 329 equipos de cómputo con que cuenta, 781 se destinaron a oficinas centrales, y 4 mil 548 a de­legaciones estatales, de los cuales 76 por ciento es obsoleto y otro 19 por ciento es arrendado.

Bajos resultados educativos

El documento, difundido en abril pasado, destaca que en materia de calidad educativa no existe una estrategia inmediata para reducir la brecha en los indicadores, pues el modelo Conafe está 23 puntos porcentuales por debajo de la media nacional en la Evaluación Nacional para el Logro Académico en Centros Escolares, respecto a los resultados en español, y 22 puntos en matemáticas.

Agrega que enfrentan una fuerte disminución de los recursos que operaba el Conafe por medio del Programa Oportunidades, lo cual limita la vinculación y gestión con otras acciones dirigidas al desarrollo de las comunidades. Y en materia salarial, advierte que no existen mecanismos concretos para dignificar a las figuras de instructores comunitarios como una estrategia de calidad en la intervención y transmisión del conocimiento en zonas rurales.