Bejarano, de fracaso en fracaso
Ofertas que no cuajaron
Mancera jugó, y ganó
e trata de ver el futuro, y el futuro inmediato también.
Las desmedidas ambiciones de René Bejarano pusieron en las manos de Miguel Ángel Mancera los tres triunfos del gobierno de la ciudad, por primera vez desde que la izquierda llegó al poder en el Distrito Federal. Y eso advierte, por necesario, un cambio profundo en el quehacer de la administración actual.
La semana que pasó deberá señalarse como el momento en que se rompieron las amarras que mantenían al PRD-DF atado a los intereses de uno de los grupos políticos que forman ese organismo. Primero, como ya lo hemos comentado, se anularon las amenazas de IDN, es decir, de Bejarano, de destituir a Manuel Granados de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
El fracaso de Bejarano fue sonoro y en lugar de arrinconar al que se considera el único mancerista en la ALDF –el mismo Granados–, se abrió el espacio para la construcción de una nueva mayoría del lado de Mancera, que habrá de operar en favor de las decisiones del gobierno central, y que en alianza con una parte del panismo estará en condiciones de hacer ley las iniciativas que se envíen desde el Ejecutivo local, sin mayor problema.
La única preocupación que pesará en el ánimo de Granados será consolidar esa fuerza, porque, como ya es muy sabido, en el PRD las mayorías se construyen y se destruyen en lo que dura un suspiro. A fin de cuentas, sólo se trata de ocupar casillas de interés y no de militantes convencidos de una idea política, aunque esta vez la estrategia mancerista promete condiciones diferentes a las usadas hasta hoy, para mantener cohesionado al grupo.
El otro triunfo está en la casilla amarilla. Raúl Flores, ex jefe delegacional de Coyoacán, llegó al tercer día de mayo sin mayor problema. Su camino a la presidencia del PRD estaba decidido desde el inicio de la semana que terminó. Todas las corrientes, menos la tribu de Bejarano, estaban en su favor. Era una mayoría aplastante que no dejaba a IDN ni siquiera la secretaría general.
Una vez más IDN decía ser la fuerza hegemónica, la tribu invencible que seguiría mangoneando en ese partido. Oscilar en favor o en contra del gobierno, según su conveniencia, era práctica común, y el chantaje estaba convertido en el arma perfecta para hacer de ese ir y venir un movimiento perpetuo.
Esta vez no le alcanzó. Frente al inevitable triunfo de Flores, que políticamente ya significaba una derrota, buscó reducir los daños. Con el modus operandi de casi siempre, IDN llegó al consejo con el morral lleno de promesas, que seguramente no cumplirá. A las diputadas inexpertas les proponía candidaturas para las jefaturas delegacionales, y a los militantes con alguna fuerza, pero mucha ambición, lugares en el gabinete, o también una delegación. Pocos cayeron en la trampa, pero a fin de cuentas no logró los números requeridos para tener algo más que tres carteras sin mayor importancia.
En el jaloneo, el secretario de Gobierno del DF, Héctor Serrano, intervino para lograr equilibrios dentro del aparato de mando en el PRD-DF. Fue, digámoslo así, el facilitador de los acuerdos con los que terminó el consejo y que dieron el triunfo a Raúl Flores, aunque la secretaría general del partido quedó en manos del grupo IDN, lo que podría llevar a ese organismo a un pleito interno que, una vez más, lo inmovilice.
No es fácil tratar de adivinar el futuro del PRD-DF. Hasta hoy se carece de un programa de trabajo que delinee con certeza cuál será el camino a tomar. Por eso, así lo espera el perredismo con y sin tribus, Raúl Flores habrá de presentar su proyecto de trabajo, mismo que tendrá que marcar las formas de quehacer político que requiere este organismo para señalar sin desviaciones las tareas internas y externas que se requieren en este momento. Por lo pronto, Flores tiene que concluir con el reparto de carteras en su partido, cosa nada fácil, o mejor dicho, el primer gran escollo que deberá saltar.
Total, los movimientos que les hemos descrito arrojan un solo saldo: Miguel Ángel Mancera es hoy por hoy el líder político del DF, y su fuerza es mayor a la que tuvieron todos los anteriores jefes de Gobierno. Sólo queda esperar que todo ese poder sea usado en bien de la ciudad.
De pasadita
Las 20 preparatorias del sistema educativo del DF entrarán hoy, sin remedio, en un periodo de huelga, se asegura tanto en las oficinas del gobierno como en las de sindicato. Las posibilidades de abortar el movimiento huelguista se frustró desde la semana pasada, cuando la cúpula sindical endureció sus posturas. Ayer por la tarde había reuniones entre los funcionarios del gobierno y el sindicato, pero todos estaban de acuerdo: la huelga es inevitable.