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Amor en silencio y Tu cárcel, entre los éxitos que interpretó el sábado pasado

El Buki llenó el Auditorio Nacional de recuerdos ochenteros; sus fans se rindieron

Una nutrida orquesta con metales y cuerdas acompañó al cantante originario de Michoacán

 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de mayo de 2013, p. a14

El sábado pasado, desde el balcón izquierdo frente al escenario del Auditorio Nacional, donde la vista es parcial y se pierden aspectos de la escenografía, las luces y los espectáculos, un grupo de gente de la llamada tercera edad –de viejos o abuelos–, gritó con frenesí por su generación y por su cantante favorito: Marco Antonio Solís, El Buki (niño, en purépecha), en el primero de dos conciertos programados para el 4 y 5 de mayo.

¡Hay más público que con Miguel Bosé!, comentó emocionada una dama que no falla a los recitales de baladistas. El Buki se cuece aparte, pues en México es grande, en Puerto Rico es ídolo y en República Dominicana es cuasi dios.

Pasaditas de las ocho de la noche se apagaron las luces y una nutrida orquesta con secciones de metales y cuerdas fue el marco para Marco. Galán, lo rodearon las bellezas de un ballet que todo el recital le robaron cámara. Puro taco de ojo.

Amor, desilusión y recuerdos

Lleno hasta el tope, los de gayola hicieron sentir su presencia a punta de exclamaciones, de coros, de piropos para el ex de Beatriz Adriana y la sexy Marisela, de quien El Buki rechaza hablar, de un modo o de otro. Caballero como es, no tiene memoria.

Al unísono, miles de gargantas se unieron para entonar Amor en silencio. Es difícil decir cuál es la rola más triste de Marco, pero, sin duda, ésa es una. La anécdota es que en el amor a veces el mejor diálogo se realiza sin palabras. Quien calla, confía.

La onda lacrimógena surgida, en el caso de Marco, en los años 80 del siglo pasado, con su grupo semilla, Los Bukis –que al salir de él el melenudo autor de Falso amor, se llamó Los Mismos–, ocupó todos los rincones del foro.

Sin misericordia, siguió la dolorosa El peor de mis fracasos, que es un ruego para que ella o él ya le paren.

¡Buenas noches! Los veo muy serios, ¿eh? Un abrazo desde aquí a todos mis paisanos de Michoacán. Gracias a todos los que vienen de diferentes estados de la República Mexicana. ¿El DF? El DF es otra cosa... Quiero preguntarles cuántas mujeres solteras vinieron Y cientos alzaron las manos.

Foto
Marco Antonio Solís, en el foro de ReformaFoto Notimex

“Yo no sé qué pasa hoy en día –siguió. Las mujeres son cada día más exigentes y quieren hombres inteligentes, guapos, trabajadores, honestos... ¿En pleno 2013? Eso era como para los años 50 o 60”. Y cantó Tú hombre perfecto, que en una frase dice: Perfecta es la lluvia que cae, palabras que hicieron latir corazones y desempolvar recuerdos.

Las baladas de su autoría tuvieron pausas para dar espacio a las cumbias y a las rancheras, como la experiencia religiosa de La venia bendita, que marca un olor característico del sexo: el de la sandía.

Se dejó besar por una fan, entre expresiones de las otras de ¡¿Y yo qué?!

Morenita fue un homenaje a la belleza mexicana. Pero a la alegría siguió la melancolía, la eterna materia prima de la depresión amorosa. Nosotros no diríamos tantas mentiras, si ustedes las mujeres no hicieran tantas preguntas, aseveración que causó respuestas encontradas de las parejas presentes.

Así, el compositor que ha dicho a los críticos de su apariencia de nazareno que detrás de la barba y de la melena hay un corazón que late, anunció una que otra rola de su etapa con Los Bukis, como Ahora te vas y Tu cárcel. Ésta le dio un disco de diamante por más de un millón de copias vendidas.

La canción es una condena al encierro eterno para quien abandona a un enamorado. Es una venganza melódica.

Éxito tras éxito, la noche se hizo larga y corta a la vez. El público quería más gas lacrimógeno. Es la nostalgia que se busca en una canción de tres minutos de duración.

Pero todo lo bueno y malo acaba. En el encore entonó Si no te hubieras ido, que compuso para Marisela y que con los arreglos de Bebu Silvetti alcanzó un éxito que derrumbó barreras sociales e hizo que El Buki gustara a sectores clasemedieros y de más arriba.

Le pedían que cantara ¿Dónde quedó mi primavera?, pero esta vez no complació con ese trozo de su alma.