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No debemos decir nada, porque nos pueden matar
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 3 de mayo de 2013, p. 39

Coatzacoalcos, Ver., 2 de mayo.

Un día después, en los rostros de los migrantes aún se refleja el terror por la violencia que vivieron la noche del miércoles en la comunidad Barrancas, municipio de Cosoleacaque, donde un grupo armado arrojó del tren en movimiento a un grupo de indocumentados por no pagar 100 dólares que exigieron a cada uno. El saldo fue de 20 heridos, dos de ellos delicados, y una mujer desaparecida.

Unos 30 migrantes que decidieron saltar antes de que los arrojaran permanecían la tarde de hoy cerca de las vías del ferrocarril, bajo el puente de la avenida uno de esta zona petrolera, donde los asiste una organización no gubernamental.

Tienen los pies lastimados de haber caminado por horas en el monte, en la noche, luego de bajar del tren donde todo era confusión y violencia. Algunos lloraban, otros gritaban de miedo. Se escuchaban golpes, apenas dijo uno sin levantar la mirada. No podemos hablar; no debemos decir nada, porque nos pueden matar, balbuceó temeroso un hondureño.

Las primeras versiones de los migrantes hablaban de tres muertos, pero la Policía Federal y autoridades municipales informaron a los defensores de los centroamericanos que no hubo víctimas mortales.

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Algunos trabajadores migratorios que huyeron de los asaltantes se refugian bajo un puente en Coatzacoalcos, VeracruzFoto René Alberto López

Visitamos los hospitales donde fueron internados los lesionados y nos aseguran que no hay muertos, pero los migrantes sostienen que por lo menos tres de sus compañeros murieron, narró un agente de la Pastoral de Migrantes y Asociados de Caridad sin Fronteras, organización que auxilia a los migrantes en el sur de Veracruz.

En el hospital de Minatitlán, donde fueron internados 10 lesionados, la tarde de hoy sólo permanecían dos de ellos con fracturas. La directora del nosocomio de Coatzacoalcos, Nereida Santos afirmó que el herido que convalece en ese lugar no está en condiciones de ser fotografiado.

En la comunidad Barrancas, a unos 20 minutos de Coatzacoalcos, nadie quiere hablar. Están amenazados, como todos nosotros, indica un activista que pide no ser fotografiado, pero cuenta que anoche, después de que las personas armadas huyeron, el ayuntamiento de Cosoleacaque envió cuatro autobuses para trasladar a más de 200 migrantes al municipio de Acayucan.

Los agentes de pastoral anunciaron que el fin de semana habrá una reunión con organizaciones no gubernamentales procedentes de la ciudad de México, para hacer una declaración conjunta sobre estos hechos.