En la madrugada aceptaron la propuesta de la universidad
Dicen estar dispuestos a dialogar para evitar que la comunidad se polarice
Jueves 2 de mayo de 2013, p. 3
Tuvieron que pasar 12 días en los que hubo versiones encontradas, especulaciones e incertidumbre, para que la mañana de este miércoles los jóvenes que mantenían tomada la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entregaran el edificio, dejando atrás los temores de gran parte de la comunidad de que el conflicto se resolviera con la entrada de la fuerza pública a Ciudad Universitaria.
La jornada que inició el martes con una tranquilidad casi absoluta, sin declaraciones ni actos de ninguna de las dos partes, terminó un día después con la resolución de un conflicto que se entrampó casi dos semanas.
Desde las 22 horas del martes comenzaron a hacerse cada vez más insistentes los rumores de que la ocupación de la rectoría tenía grandes posibilidades de terminar en cuestión de horas. Una propuesta de las autoridades de la UNAM, presentada casi a la medianoche –en la cual se planteaba iniciar el diálogo el 9 de mayo–, dio la pauta para que los inconformes salieran de la torre, quienes tras discutir durante varias horas aceptaron los términos de la misma y concretaron la desocupación del inmueble al amanecer.
A diferencia de anteriores ocasiones, en las que sólo realizaban rondines
de vigilancia, en la madrugada de ayer hubo una inusual actividad de algunos jóvenes y de las personas que instalaron un plantón solidario
en la explanada de rectoría. A muchos se les vio salir en forma discreta con mochilas y bolsos para perderse en la oscuridad del campus o cuando desarmaban sus casas de campaña.
A las 7:20 horas se confirmó la retirada
Aunque varios jóvenes esperaban el anuncio oficial antes de las 5 de la mañana, a las 7:20 horas uno de los activistas con el rostro cubierto salió a quitar mantas y pancartas, y confirmó que estaban a punto de retirarse. Dos de sus compañeros se sumaron después a las tareas de retirada de último minuto, ante la expectación de los reporteros.
A las 8:22 horas los últimos 14 ocupantes –todos con el rostro cubierto y cargando mochilas, bolsas de plástico, cobijas y otros enseres– abandonaron la rectoría en medio de consignas. De inmediato, integrantes del equipo jurídico de la UNAM tomaron posesión del inmueble para valorar las condiciones en que se encontraba al tiempo que personal de limpieza comenzó a desarrollar sus labores.
Minutos antes de retirarse, los inconformes leyeron un comunicado para dar respuesta a la propuesta de la UNAM, presentada por conducto del abogado general, Luis Raúl González Pérez:
“Los estudiantes responsables de la toma de rectoría afirmamos que el motivo de esta acción no fue la expulsión de nuestros compañeros del CCH Naucalpan, sino la imposición de la llamada reforma de los 12 puntos y la negativa por parte de las autoridades competentes de dar una solución al conflicto que ésta ocasionó.”
Recalcaron: “siempre vimos en el diálogo la resolución de conflictos, dentro y fuera de la universidad. Siempre estuvimos abiertos a esta posibilidad y hoy, que hay un acuerdo por ambas partes, hemos decidido desalojar las instalaciones como muestra de disposición de resolver este conflicto para evitar la polarización de la comunidad universitaria.
“Exhortamos a la comunidad a dar seguimiento a esta dinámica de trabajo por medio de la mesa de diálogo que se realizará el 9 de mayo a la una de la tarde en las islas y a participar activamente en ella, ya que la participación de los estudiantes es de suma importancia”.
Al terminar de leer su pronunciamiento –en el que pusieron énfasis sobre la reforma a los planes de estudio del CCH, que sólo mencionaron el primer día de la toma–, los jóvenes caminaron por las islas sin descubrirse el rostro, pasaron por la Biblioteca Central, la Facultad de Derecho y se perdieron en la Facultad de Economía, donde algunos activistas les abrieron una puerta.
Trascendió que en la resolución del conflicto jugó un papel importante la intermediación de un equipo de la organización Servicios y Asesoría para la Paz, encabezado por Miguel Álvarez Gándara y Pablo Romo, que desde el fin de semana se reunió en varias ocasiones con las partes involucradas.
Antes de llegar al desenlace del conflicto, durante el martes se percibió una atmósfera de calma, salvo por la irrupción de un joven que se identificó como egresado de la carrera de matemáticas y traspasó la valla colocada por los activistas, para increparlos.
El muchacho permaneció casi una hora en el lugar antes de ser retirado, lo que provocó más recriminaciones entre simpatizantes y detractores de la toma.
Así llegó a su fin el problema que se inició el 19 de abril, cuando tras una marcha del Parque Hundido a Ciudad Universitaria, unos 15 jóvenes con el rostro cubierto se separaron del contingente y rompieron con un mazo uno de los cristales de la rectoría para introducirse a la torre y ocuparla.
En reiteradas ocasiones el rector de la UNAM, José Narro Robles, señaló que el conflicto no se resolvería con violencia, sino por las vías institucionales, con inteligencia y prudencia
, apegadas a los principios universitarios.