Al final del partido de futbol de ayer entre los Pumas de la UNAM y los Jaguares de Chiapas (14 horas) se generó alerta entre quienes mantienen desde hace 10 días tomada la rectoría de la máxima casa de estudios y el grupo de jóvenes que acampa en la explanada de este recinto en ‘‘solidaridad’’ con los primeros.

Entre ellos existían ciertas dudas de que los integrantes de la barra Rebel pudieran confrontarlos al finalizar el partido, por lo que con el apoyo de unos 40 estudiantes de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) –que marcharon del Metro Copilco a Ciudad Universitaria– formaron una valla en torno a la puerta principal de rectoría, sumando poco más de 100 personas.

Además, los jóvenes encapuchados que ocupan la rectoría desde el 19 de abril, ‘‘reforzaron’’ con madera y una reja azul la barricada que instalaron con sillas y macetas a unos metros del ingreso al inmueble. Dos de ellos se subieron a la estructura del asta bandera de la explanada como vigías y otros más, portando radios de comunicación, se apostaron en las inmediaciones de la torre.

Las autoridades también tomaron precauciones: la Secretaría de Seguridad Pública capitalina desplegó un operativo con más de mil 500 elementos, y cerró los accesos de los pasos peatonales de los bajo puentes de Insurgentes Sur que desembocan en el campus.

Al final, sólo algunos aficionados curiosos se acercaron a la rectoría y miraban desde lejos, mientras los encapuchados y quienes los apoyan lanzaban goyas y consignas.

Por la mañana, un grupo de alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras acudió a la explanada de rectoría y ahí dieron a conocer un documento: ‘‘Algunos consideramos un error la forma en que se decidió y ejecutó la toma del edificio, porque carece de legitimidad’’. Sin embargo, manifestaron su oposición ‘‘a un desalojo violento’’ mediante el uso de las fuerzas policiacas o grupos porriles.

La única manera de superar la crisis es por medio del diálogo ‘‘resolutivo’’, por lo que propusieron al rector José Narro como fecha para el mismo el 30 de abril a las 12 horas, en el auditorio Raoul Fournier, de la Facultad de Medicina. ‘‘Si no hay respuesta satisfactoria’’ convocarían a estudiantes de otras facultades a la realización de asambleas en las que se discuta el posible ‘‘paro de labores’’.

Entre las voces que se levantaron ayer contra la ocupación violenta de la rectoría estuvieron dos hombres, quienes por separado reclamaron verbalmente a los ocupantes encapuchados las acciones que realizaron ‘‘sin consensos’’.

Tras un breve diálogo con los inconformes se retiraron.