La especialista disertó sobre el tema Las mujeres en la orden de predicadores
El activismo de las monjas dominicas del siglo XIX sigue vigente en la realidad de AL, asevera
Sábado 27 de abril de 2013, p. 4
El compromiso social, la solidaridad, el activismo de las monjas de la orden de los dominicos del siglo XIX no estaban reñidos con la experiencia mística o contemplativa. Eso es aún vigente para la realidad que se vive en la época contemporánea en América Latina, expresó la investigadora e integrante de esa agrupación Cynthia Folquer, durante su participación en el primer Congreso Internacional de Historia de la Orden de Predicadores en América que se realiza en el Centro Universitario Cultural (CUC).
En el caso de los dominicos, es históricamente muy importante, toda vez que es de las pocas órdenes religiosas fundadas con un grupo de mujeres integradas a la vida conventual y, cinco años después, Santo Domingo incorporaría a los frailes.
En realidad surge un conjunto de amigas de Domingo de Guzmán, que se constituye en el primer grupo de lo que se denominó la Casa de la Predicación. Pertenecía al movimiento de lo que se conocía como la Iglesia cátara, agrupación que en su momento fue censurada por la Inquisición, como herético. Es así que las primeras dominicas eran cátaras, del sur de Francia
, explicó Folquer.
Los cataros querían vivir la perfección evangélica, sin embargo, ellas lo que buscaban era una identidad religiosa más pobre, despojada de todo el oropel cristiano romano. Lo interesante es que esas mujeres eran ricas comerciantes, con mucha autonomía económica, pero decidieron sumarse a la predicación dominica
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Ropaje muy de oropel
En la Edad Media, indicó Folquer, surgieron muchos grupos con el deseo de retomar los orígenes cristianos de pobreza evangélica, en contraste con una Iglesia muy feudalista que se había puesto un ropaje muy de oropel.
Hay una leyenda que históricamente no está documentada, de que Domingo de Guzmán integró a mujeres que las rescata de la prostitución, lo cual no tiene fuente histórica. Alguna tradición antigua asociaba a todas las herejes, como prostitutas, pero en realidad no hay ninguna fuente que lo así avale
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Para Folquer, el activismo y compromiso social, entretejido con la dimensión contemplativa, es un trabajo que se debe reconocer, pues hoy día hay, en el mundo, una gran ebullición de distintos caminos en búsqueda de la espiritualidad. “No sé cómo sea en México, pero el budismo, el yoga, todas las técnicas de relajación, que ofrecen las tradiciones orientales, por lo menos en Argentina, Uruguay y Chile... en el Cono Sur, tienen una gran demanda. Sin embargo, eso no genera necesariamente un activismo social, un compromiso solidario.
En ese sentido, la ética-política cristiana, por inspiración evangélica, asume una fuerte connotación social; después, esto mismo se reconoce por una reflexión e inspiración más político-sociológica, que se pueden encontrar en representantes del comunismo, como del marxismo, cuando exponen la injusticia social.
Ahora, añade Folquer, ese compromiso social no vacía de contenido un camino místico, es decir, podemos hablar de mística y política
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Como ejemplo de ello, la estudiosa recordó las obras del teólogo y filósofo brasileño Leonardo Boff, impulsor de la teología de la liberación, así como las reflexiones de Carlos Alberto Libânio, fraile dominico más conocido como Frei Betto, muy comprometido con el proyecto Hambre cero, de Inacio Lula da Silva, cuando fue presidente de Brasil.
Con ello, reiteró la experta, no está reñido el compromiso solidario, con el proceso espiritual de interiorización
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Cynthia Folquer participó en la mesa de trabajo titulada Las mujeres en la orden de predicadores: siglo XVI al XX, junto con las especialistas Marlene Chapul Manni, de México, y Alicia Fraschina, de Argentina.