Playa del Carmen

La estadunidense Patricia Arquette no sólo tiene una genética histriónica –gran parte de su familia se dedica a actuar, escribir, o producir en la expresión audiovisual–, sino que ha trabajado con realizadores como David Lynch, Tony Scott, Tim Burton y Sean Penn.

Arquette, presente en la segunda edición del Festival de Cine de Riviera Maya, en el que promueve la cinta Una mirada dentro de la mente de Charles Swan III, que en México se estrenará el próximo 10 de mayo bajo la distribución de Canana, dice ser una artista que se mueve por medio del instinto; desde pequeña he tomado ese camino.

Arquette, hija del actor Lewis Arquette y de la escritora Mardinignsshi Arquette, es nieta del intérprete Cliff Arquette y hermana de Rosanna, David, Richmond y Alexis (quienes también se dedican a la actuación). Su carrera comenzó a mediados de la década de los años 80 cuando participó en la cinta Pretty Smart, y de ahí pa’ lante, se ha dedicado a actuar, producir, dirigir y escribir…y a ser madre desde temprana edad.

Cada director me ha dado cosas diferentes. He aprendido de todos, dijo la artista en un encuentro con la prensa, en el que su colega mexicana Cecilia Suárez le realizó una serie de preguntas –en inglés y sin traducción– en torno de su carrera. Ambas trabajaron en un capítulo de la serie estadunidense Medium.

Soy tímida y a la vez no, aseguró Arquette, caracterizada a lo largo de su trabajo por su sencillez y sensualidad.

Arquette se da el tiempo para hacer muchas cosas al mismo tiempo. Es cuestión de saber organizarse. El padre de mi hija ha sido muy participativo; eso me ha ayudado mucho.

Pero además se da espacio para actuar en esta cinta que es dirigida por el hijo de Francis Ford Coppola, Roman, quien es amigo mío. Es una persona dulce.

Un diseñador egocéntrico

La cinta, presentada anoche en una función al aire libre en el poblado Puerto Morelos, es una hilarante comedia que narra la vida de un diseñador egocéntrico, un ser creativo, como muchos que hay en la industria del cine, pero que termina en la soledad.

Coppola fue el director ideal para esta historia. Conoce muy bien la industria del cine gracias a su familia. Los dos conocemos a este tipo de personajes, reconoció Arquette, quien reveló que lo más complicado de interpretar para ella sería la ceguera. Sería lo más duro para mí.

Para ella es muy importante el mercado latinoamericano, pero, indicó, no ha tenido la mecánica más eficiente para explotarlo. La promoción de las cintas en la región no ha funcionado por falta de comunicación entre agentes y promotores.

Sin embargo, recientemente trabajó bajo las órdenes de la mexicana Patricia Riggen en la cinta Girl in Process.

Al respecto, comentó: Fue un equipo extraordinario el que encabezó Patricia Riggen y su pareja fue el director de fotografía. Se creó una energía cálida. La película tenía un enfoque como de Disney, pero ella, la verdad fue más atrevida que cualquier directora estadunindese, que no creo que hubieran enfrentado ese reto.

Dijo que también ha elegido sus proyectos por la locación, en la que pueda encontrar escuela para su hijos (tiene tres). Que no ha hecho teatro, porque no le llama mucho la atención, pues adora las películas y hacer televisión.

Lleva ya unos años trabajando en un proyecto junto con Ethan Hawke. Se trata de la historia de unos padres cuyo hijo aparece desde el primer día de clases de primaria hasta que termina la universidad. Más de 10 años llevan en ese rodaje, pero falta uno para acabar con el proyecto.

No dejó de alabar este sitio de belleza inconmesurable. Pasé tiempo de niña por este lugar. Mi hermana y mi madre disfrutamos de esta increíble belleza, por eso no dudé en venir, afirmó.

Todos somos cine es el lema de este encuentro que, en funciones gratuitas en diversos puntos como los mencionados, ha convocado a gustosos del séptimo arte. Ayer martes se realizó una función al aire libre en una de las playas de Tulúm. Esa dinámica, tan apreciada por los visitantes, se repetirá en las otras sedes.

Eso sí, hay que programarse para ver la mayor cantidad de filmes (algunos estrenos internacionales y otros nacionales que buscan distribución) en un solo lugar, como en Plaza Pelícanos en Playa del Carmen, porque el transporte por acá se paga al precio de dólares.