Nezahualcóyotl, Méx., 21 de abril.

Ante más de 50 mil almas, Los Caifanes revivieron su pasado, lleno de nostalgia; de momentos memorables y rencuentros. Con un repaso por su discografía, mostró el porqué es una de las bandas más importantes de la historia del rock mexicano.

Sólo bastaron 26 melodías para que el eufórico público se rindiera ante la banda en un concierto organizado por las autoridades con motivo del 50 aniversario de la fundación del municipio de Nezahualcóyotl.

El espectáculo abrió con Negro cósmico, que transportó al público a otra atmósfera y logró que se olvidara de la cotidianidad.

Saúl Hernández, Sabo Romo, Alejandro Markovich, Alfonso André y Diego Herrera hicieron que la plaza de Ciudad Jardín en Neza se volviera territorio de baile, libertad y paz.

Siguieron Para que no digas que no pienso en ti y Miedo, durante la cual la conexión con los asistentes llegó a su punto culminante. A una sola voz, los miles de seguidores entonaron cada una de las canciones.

El repertorio estuvo integrado por canciones de los inicios de la banda. Así, se escucharon Mátenme porque me muero, Perdí mi ojo de venado, Los dioses ocultos, Metamorfeame, Nubes y No dejes que, que fueron las más coreadas por el multitudinario público.

En Antes de que nos olviden, Saúl Hernández llamó a la unidad. Dijo: “Hoy, a 50 años de haberse fundado el municipio de Neza, se está mostrando unidad, y lo que están haciendo ahora, raza, es lo que necesita el país: unidad. Debemos estar juntos, el enemigo no está aquí dentro, sino en otros lados. Tenemos que mantenernos sólidos, poderosos, fuertes”.

Luego se oyó un México lindo y querido acompañado por la guitarra de Markovich. Ya enganchado, Sabo Romo improvisó Bésame mucho con su bajo.

Fueron dos horas y media de música. Pasada la medianoche, el concierto cerró con Afuera, La célula que explota y La negra Tomasa.