No hay límite para investigar y castigar el fraude, advirtió Simmons
Domingo 21 de abril de 2013, p. a13
Ciudad de Panamá, 20 de abril. El desfalco por más de 47 millones de dólares que realizaron los ex directivos de la Concacaf, Chuck Blazer y Jack Warner fue, entre otras cosas, para comprar departamentos de lujo, una camioneta Hummer y pagos de seguro de automóvil para la novia del primero, según un informe presentado aquí.
No hay limitaciones para investigar y castigar el fraude
, dijo el ex magistrado de Barbados, David Simmons, uno de los integrantes del comité de informe de responsabilidad ética del organismo, quien precisó que ese dinero fue a las arcas personales de Blazer y Warner mediante malversación de fondos.
El informe de más de 100 páginas se presentó el pasado viernes en la asamblea ordinaria de la Concacaf ante Joseph Blatter, presidente de la FIFA, quien se mantuvo atento durante la exposición que duró más de una hora. Los organismos determinarán las medidas a tomar.
Blazer renunció en diciembre pasado a su cargo de secretario general de la Concacaf y también dejó vacío su puesto como uno de los tres miembros de la región en el comité ejecutivo de la FIFA.
El estadunidense con mayor jerarquía en el futbol mundial hasta entonces se marchó un año y medio después de que lo hizo Warner, quien involucró en supuestos sobornos a dirigentes caribeños para respaldar la candidatura presidencial del entonces líder de la federación asiática, Mohamed bin Hammam.
Simmons estimó que en el caso de Blazer se lucró al menos con 21 millones de dólares, incluida una suma de compensaciones que él mismo se aprobaba sin el consentimiento de la Concacaf, pero su caso va más más allá. El dirigente se pagaba sus lujos con dinero de la organización.
Durante los años que Blazer se desempeñó como secretario general compró apartamentos para su uso personal en un hotel de lujo en Miami y se comprometió a adquirir apartamentos en el complejo Atlantis, en Bahamas, y proporcionar un pago inicial en esos inmuebles con fondos del organismo
, establece el informe.
También mezcló sus cuentas personales con la de la confederación y violó las leyes fiscales de Estados Unidos al no presentar las declaraciones de impuestos del organismo en 2004 y 2010.
En el caso de Warner, el comité dijo que reunió evidencias de que el ex presidente por casi tres décadas cometió fraude y se enriqueció mediante el establecimiento de un centro de excelencia en Trinidad y Tobago, que se concibió como una institución para el mejoramiento y desarrollo del futbol y de los jugadores en la zona.
Los terrenos donde se ubicó el lugar eran propiedad de compañías ligadas a Warner y a su familia, lo cual no informó.