Microorganismos desarrollan hasta 40 por ciento su potencia frente a fármacos
Alertan la OMS y especialistas sobre uso irracional de medicamentos, particularmente en la atención privada
En 90% de control de infecciones respiratorias no se requiere aplicar antibióticos
Domingo 31 de marzo de 2013, p. 28
A partir de 1928, cuando el científico escocés Alexander Fleming descubrió la penicilina, se han desarrollado al menos 15 grupos de familias de productos farmacéuticos sobre los cuales no existe un uso racional, particularmente en los consultorios médicos privados, advierten especialistas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), en lo que ya constituye una alerta mundial, debido a la creciente capacidad de las bacterias para resistir el efecto de las medicinas.
Los problemas más graves se presentan en las áreas de terapia intensiva de los hospitales, donde los pacientes están en alto riesgo de contraer alguna infección generada en esos sitios por microorganismos difíciles de controlar con los fármacos disponibles, lo cual puede ser causa de muerte, aseguró Grace Arteaga, investigadora en la Clínica Mayo en Rochester, Estados Unidos.
Arteaga explicó que ante la resistencia bacteriana creciente los hospitales toman medidas para fortalecer la higiene en el manejo de los pacientes, sobre todo en las áreas de terapia intensiva. Lavarse las manos antes y después de visitar a un enfermo, por ejemplo, ayuda a prevenir la transmisión de bacterias.
Esta es una medida de higiene muy sencilla que cuesta mucho trabajo cumplir, pero cuyos efectos para prevenir infecciones son inobjetables, subrayó la especialista.
Hacer conciencia
En entrevista, aseguró que debido al uso irracional de antibióticos, actualmente las infecciones que se presentan en los hospitales son más graves que hace 10 años. Según la bacteria de que se trate, puede observarse hasta 40 por ciento de resistencia a los antimicrobianos.
Por eso, dijo, es importante que haya conciencia de que los antibióticos sólo deben utilizarse en casos específicos.
Mencionó el caso de las infecciones respiratorias; 90 por ciento son producidas por virus y para controlarlas no se requieren antibióticos. Con base en este conocimiento, hace varios años en diversos países se fortalecieron los mecanismos de control sobre su prescripción.
En México, la venta de antibióticos empezó a restringirse el 25 de agosto de 2010, por lo que no se venden sin receta médica.
Para Grace Arteaga esta medida podría ser insuficiente, pues por desconocimiento, dijo, en la consulta privada es común que los pacientes y sus familiares tengan la expectativa de obtener la receta del mejor medicamento, de última generación.
En realidad, agregó, los pacientes deberían tener la información de que esa alternativa no siempre es la mejor, primero porque se puede prescindir de los antibióticos y en los casos que lo ameritan existe un arsenal de tratamientos antiguos que son efectivos para erradicar las infecciones.
Además, dijo, los medicamentos no distinguen a las bacterias buenas
de las malas
y en su mecanismo de acción acaban con todas. El organismo está cubierto por ambos tipos, y las primeras son las que lo protegen.
Cuando se administran al enfermo terapias potentes, de última generación, se fomenta la resistencia de las bacterias, pues éstas tienen la capacidad de mutar y sobrevivir, indicó.
Además de los hospitales, otros sitios donde se favorece la diseminación de infecciones con bacterias resistentes son las prisiones, escuela, asilos, guarderías, y en general los lugares cerrados. Una infección de piel provocada por una bacteria resistente, incluso puede adquirir tintes dramáticos, afirmó la investigadora.
Señaló que de no modificarse la tendencia de fortalecimiento de los microorganismos por el uso inadecuado de antibióticos, el problema de la resistencia será mucho peor
de cinco a 10 años.
Aseveró que en los hospitales de Estados Unidos, hay especialistas en enfermedades infecciosas encargados de vigilar y supervisar el uso de antibióticos. Así, cuando un médico de terapia intensiva receta uno de última generación se reporta al infectólogo y de manera conjunta los expertos determinan la necesidad real del uso de ese producto. Se trata de evitar el uso indiscriminado, resaltó.