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Los Cementeros suman un triunfo en ocho partidos, con apenas 14 puntos

Con anotaciones de Ramos y Vuoso, Atlas se impuso 2-1 al Cruz Azul

Los Zorros acumulan 26 unidades y pelean de manera cerrada el liderato del torneo

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El rojinegro Matías Vuoso estuvo muy activo y puso en predicamento a la zaga celesteFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 31 de marzo de 2013, p. a15

Como si fuera un aleteo de mariposa capaz de producir un monzón, la pelota que perdió Teófilo Gutiérrez en la media cancha provocó la tormenta en Cruz Azul, derrotado en casa por un Atlas que se impuso 2-1 con más terquedad que gracia.

Los celestes hicieron poco, realmente nada por reponer el paso crítico de los recientes ocho partidos, en los que apenas han logrado un triunfo. El resto ha sido un permanente desvarío.

El partido tuvo una primera parte confusa y con un estado de ánimo en modo vacacionista en la playa. Sin llegadas que reflejaran una intención clara, parecían más una inercia desorientada.

Incluso en ese desangelado lapso cayó un gol sin chiste, pero que permitió ajustar el ritmo del conjunto rojinegro. Al minuto 38, Luis Ramos metió el primer tanto de la tarde, en el cobro de un tiro de esquina que remató de cabeza. El remate salió demasiado cerrado en el ángulo y Jesús Corona no tuvo margen de operación.

Hasta ahí esa anotación era lo único destacable en la calurosa tarde primaveral.

En el complemento el encuentro tenía otra pinta. Era el duelo entre un Atlas insistente y una Máquina sumida en el caos. Parecía que los Zorros anotarían en cualquier momento, pero en el forcejeo los Cementeros lograron aportar una dosis de tensión al encuentro.

Teófilo Gutiérrez desbordó por la banda derecha buscando a algún jugador que hiciera lo que los delanteros no podían y de manera muy apretada disparó casi desde el confín de la cancha. La pelota llegó de forma tan complicada que Israel Castro apenas pudo pegar un pequeño salto para meter con el muslo el tanto del empate, al minuto 51.

El desarrollo del juego se volvió equilibrado y ambos equipos invirtieron esfuerzo para tomar el control, pero esa impresión sólo fue pasajera, porque como una onda expansiva la ansiedad empezó a recorrer cada una de las líneas del cuadro celeste, lo que se tradujo en titubeos inexplicables y disparates imperdonables.

Un error lejos de la portería de Corona, una pelota que parecía en ese momento insignificante y que perdió Gutiérrez se convirtió en un contragolpe letal.

Matías Vuoso recibió el balón y casi en la frontera del área disparó al arco; el tiro dio en el poste, pero como si la fortuna jugara de rojinegra rebotó al extremo opuesto. Un gol caprichoso pero indiscutible, al minuto 54.

De ahí en adelante la zaga cementera parecía intimidada con las evoluciones obsesivas de Omar Bravo.

Chaco Giménez, quien suele ser un artesano en la recuperación y salida del equipo, no encontró nunca la oportunidad para lucir sus prodigiosas piernas. Y Teófilo… fallando dos veces consecutivas frente al arco, una de ellas casi un prodigio del error.

Con la seguridad de su lado, Atlas parecía una amenaza constante. Vuoso, quien suele ser impredecible en cada llegada, estaba desbordado de autoestima y cada que pisaba el área ponía a temblar a los defensas y al arquero de Cruz Azul.

Cuando se acababa el duelo todos los celestes tiraban rumbo al arco, aunque las pelotas parecían tener vida propia y estar empeñadas en exhibir a sus ejecutores.

La Máquina parece que está al borde del colapso, con apenas 14 puntos, fuera de zona de clasificación y con cinco partidos pendientes. Atlas es otra cosa. hoy tiene 26 unidades y pelea de manera muy cerrada el liderato del torneo.

El técnico Guillermo Vázquez no da por pérdida la liga, pero tiene claro que debe cambiar el chip cuanto antes, porque este miércoles debe enfrentar al América en la semifinal de la Copa Mx.