Sábado 30 de marzo de 2013, p. 11
Ocho de cada 10 habitantes en México son excluidos del sistema financiero, por lo que no pueden tener acceso a un crédito, a productos para el ahorro y otro tipo de financiamiento que proveen las instituciones bancarias y no bancarias, destaca el Reporte sobre la discriminación en México, 2012, capítulo Crédito.
En el estudio, elaborado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), se advierte que el sistema financiero mexicano sólo está diseñado para atender a 2 por ciento de la población con ingreso de 13 mil dólares mensuales (cerca de 160 mil pesos).
De acuerdo con datos del investigador León Bendesky, ofrecidos para la elaboración del estudio, están fuera de la atención del sistema financiero los más pobres del país. Es decir, 25 por ciento de la población con ingreso de 200 dólares al mes (2 mil 460 pesos), así como otro 55 por ciento, el más numeroso del país, que obtiene ingresos mensuales de entre 201 y mil 200 dólares (de 2 mil 472 a 14 mil 800 pesos).
Otro 18 por ciento de la población obtiene ingresos entre mil 201 y 13 mil dólares, segmento que gradualmente se ha incorporado al sistema financiero.
Se precisa que el acceso al crédito no es un derecho, pero la exclusión de la persona al sistema financiero en una economía de mercado lastima con severidad
el ejercicio de derechos humanos relacionados con la calidad de vida, tales como empleo, alimentación, salud, vivienda y otros.
Discriminación
El mayoritario número de mexicanos con ingresos reducidos y que desempeña actividades productivas en el mercado informal son excluidos y discriminados del crédito. En esa condición se encuentra 60 por ciento de la población económicamente activa; es decir, 49.6 millones de personas.
En la última década, la informalidad aumentó a una tasa media anual de 3.1 por ciento, equivalente a la incorporación de 880 mil personas al año.
El investigador Ricardo Raphael de la Madrid subraya que el crédito no es una dádiva ni un favor, sino un componente esencial del circuito económico capitalista. Es parte sustancial de un sistema financiero capaz de impulsar el desarrollo de toda sociedad moderna. De ahí que la inclusión financiera sea hoy tema fundamental en el combate contra la pobreza, la desigualdad y por el crecimiento económico
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