Lunes 4 de marzo de 2013, p. 26
Karachi, 3 de marzo.
Un atacante suicida detonó hoy explosivos adheridos a su cuerpo cuando musulmanes chiítas salían de una mezquita en la capital comercial de Pakistán, con saldo de al menos 45 personas muertas, en otra señal de que militantes sunitas aumentan los ataque sectarios.
Fue una explosión poderosa en un área congestionada dominada por chiítas
, explicó sobre el ataque Shabir Ahmad Sheikh, alto funcionario de la policía.
Hashin Reza, alto funcionario de la ciudad, dijo que al menos 45 personas habían muerto y 149 resultaron heridas en la explosión en la mayor ciudad de Pakistán.
Ofensivas militares y ataques con aeronaves no tripuladas estadunidenses contra los talibanes en Pakistán en los últimos años han reducido el número de ataques suicidas contra objetivos militares y del gobierno.
Sin embargo, grupos sunitas, principalmente Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), han escalado sus ataques contra los chiítas, de quienes creen que no son musulmanes.
Los atentados bomba contra chiítas han costado la vida de casi 200 personas sólo en la ciudad de Quetta desde comienzos de año.
Ataques subieron 47% en 2012
En 2012, los ataques y enfrentamientos sectarios en Pakistán subieron 47 por ciento, a 208 incidentes, según la prominente consultoría paquistaní Pak Institute For Peace Studies.
Aunque la matanza de Quetta causó impacto mundial, una investigación de Reuters en una serie menos conocida de asesinatos en Karachi sugiere que la violencia toma nueva y volátil dimensión mientras un pequeño número de chiítas se defiende.
Los aliados occidentales de Pakistán se han concentrado tradicionalmente en el desafío que significan para el Estado nuclear los militantes talibanes que combaten al ejército en los altos llanos de la frontera con Afganistán.
Pero un ciclo de matanzas en las calles de Karachi apunta a un nuevo tipo de amenaza: una campaña del LeJ y de grupos aliados paquistaníes antichiítas para abrir rencillas sectarias en la ciudad de 18 millones de habitantes.
Agentes de Inteligencia paquistaníes afirman que el LeJ se ha convertido en la mayor amenaza a la seguridad en el país que también lidia con una frágil economía, infraestructura en ruinas y pobreza.
Los chiítas dispararon al aire el domingo por la noche en Karachi, metrópoli plagada por el crimen y la violencia étnica y política. La explosión remeció toda el área. Dos viviendas y tiendas cercanas ardieron tras la explosión y cayeron los balcones de varios edificios
, afirmó un testigo.