Jueves 21 de febrero de 2013, p. 21
En juicios por guarda y custodia de menores, las parejas de los padres deberán someterse a pruebas sicológicas, de trabajo social o las que determine un juez familiar, para dar certeza a la decisión sobre la mayor conveniencia para el menor. Así lo determinó la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al conceder el amparo a un padre que perdió la custodia de su hijo. Los ministros precisaron que cuando los padres cohabitan con otra pareja y está en trámite el juicio por la tutela del menor, es un hecho que el niño vivirá y se relacionará en el domicilio del núcleo familiar compuesto por su padre o madre y la persona con la que vivan, por lo que es fundamental conocer el entorno en el que se desarrollará. Incluso, la decisión de los ministros dejó abierta la posibilidad de que el juez ordene también exámenes de personalidad a los hijos de la pareja. En la sentencia de amparo el quejoso impugnó la omisión del juez familiar de ordenar la práctica de diversas pruebas periciales en sicología y estudios de campo del entorno social de la actual pareja de la madre de su hijo.