Milán, Italia, 20 de febrero. El Milán rompió todos los pronósticos y con dos goles ghaneses derrotó al peor Barcelona de la temporada, que no pudo marcar ni un tanto, chocó contra un muro y ahora se ve terriblemente exigido para seguir vivo en la Liga de Campeones.

En duelo realizado en San Siro, el conjunto italiano tuvo dos ocasiones y marcó sendos tantos, con Kevin-Prince Boateng y Sulley Muntari como protagonistas, dejando la eliminatoria de octavos de final en una situación sorprendente. No es lo que esperaba un decepcionante Barcelona, que queda ahora contra las cuerdas y está obligado a una gran remontada el próximo 12 de marzo en el Camp Nou.

No aceptamos que seamos víctimas de un sacrificio, afirmó en la víspera el técnico italiano, Massimiliano Allegri, al rechazar los augurios sobre un sencillo triunfo del Barcelona. Y sus jugadores se lo creyeron.

Por contra, el Barcelona ofreció una imagen desconcertante, inesperada, inédita: jugó a nada.

Los futbolistas cules lucieron estáticos

El partido se desarrolló tal y como se esperaba. Sin Mario Balotelli, quien no puede participar en la Champions porque ya jugó este año con el Manchester City, el Milán apostó por ceder la posesión al Barcelona y defender con nueve jugadores en su área, dejando al italo-egipcio Stephen El Shaarawy como único hombre ligeramente adelantado.

Según el guión previsto, el Barcelona manejó el balón a su antojo, pero lo hizo para nada, sin profundidad. Todos sus jugadores, incluido el astro Lionel Messi, estuvieron estáticos, sin ningún desmarque al hueco. Eso facilitó la labor del Milán.

El conjunto italiano tuvo claro su plan y lo cumplió a la perfección. Ni Messi ni Andrés Iniesta pudieron recibir de cara al arco, y cuando el Milán robó, envió raudo el balón hacia El Shaarawy, siempre dinámico y vertical.

Si el Milán aplicó su plan con eficacia, no se puede decir lo mismo del Barcelona. Pocas veces dio tan poco de qué hablar en un partido, salvo para relatar deficiencias.

Un dato habló de lo que se vio en la primera parte: ninguna ocasión de peligro, ninguna intervención de los arqueros. Con todo, el Milán pareció más cómodo que su rival con este desarrollo del partido.

La segunda mitad comenzó igual, con el Milán muy seguro en la defensa mientras el Barcelona seguía sin ofrecer respuestas para derribar el muro italiano.

Suele suceder que este tipo de partidos se rompen por un detalle, a menudo con la intervención de la suerte. El Milán fue el afortunado.

La extraña jugada del primer gol ocurrió a los 56 minutos, cuando en un tiro de falta, el colombiano Cristian Zapata desvió el balón con la mano. El árbitro escocés Craig Thomson interpretó que no hubo intención, el esférico fue a parar a Boateng y el punta marcó entre las protestas visitantes.

La respuesta táctica del Barcelona fue ingresar al chileno Alexis Sánchez en sustitución de un apagado Cesc Fábregas. Pero no era cuestión de nombres, sino de conceptos, y el Barcelona ayer los perdió.

El Milán tenía el partido donde había soñado: defendiendo una ventaja y sin pasar ningún apuro.

Y las apuestas se rompieron definitivamente al minuto 80, cuando el Milán marcó el segundo tanto. Ocurrió con un desorden defensivo del Barcelona que fue aprovechado por Muntari para marcar de volea tras una buena combinación.

Ellos se encontraron con dos goles: Roura

El entrenador adjunto del Barça, Jordi Roura, consideró desmesurada la derrota. No ha sido nuestro mejor partido, pero el resultado fue excesivo. Ellos se han encontrado con dos goles, el primero de rebote en un falta y el segundo en una acción a la contra. Ellos acumulaban muchos jugadores atrás y el campo es un patatal y el primer gol nos desconcentró, resumió Roura, quien entrena al equipo durante la baja por enfermedad del técnico titular, Tito Vilanova.

En Estambul, el Galatasaray y el Schalke 04 empataron 1-1, con lo que la eliminatoria queda teóricamente en favor de los alemanes, por su gol como visitantes.

Burak Yilmaz adelantó al equipo turco en el minuto 12, pero los visitantes empataron con tanto de Jermaine Jones (45).

En el Galatasaray jugaron el holandés Wesley Sneijder y el marfileño Didier Drogba, los dos fichajes estrella en el mercado de enero, pero el equipo de Fatih Terim se topó cont un cuadro sólido atrás.