En lo que va del mes la violencia en Irak ha dejado por lo menos 150 decesos
Se agudiza la tensión en el gobierno de Maliki; siguen las marchas para exigir su renuncia
Lunes 18 de febrero de 2013, p. 26
Bagdad, 17 de febrero. Al menos 28 personas murieron y 78 resultaron heridas hoy en varios atentados con coche bomba perpetrados en barrios de mayoría chiíta de Bagdad, informaron fuentes de seguridad en la capital iraquí.
Tres coches bombas estallaron en el barrio norteño de Sadr City, y otros tres en los barrios de Amin, Huseiniya y Kamaliya, tres sectores del este de la capital iraquí. Una bomba estalló además en el arcén de la carretera en el barrio central de Kerrada, según las mismas fuentes.
Además, la página de Internet independiente Alsumaria News informó que la policía desactivó otros tres coches bombas.
Hasta el cierre de esta edición ningún grupo se había adjudicado los atentados. La policía cree que los ataques fueron obra de extremistas sunitas e iban dirigidos contra chiítas y las fuerzas de seguridad.
Estaba comprando una máquina de aire acondicionado y de pronto ocurrió una explosión. Me tiré al suelo. Minutos después vi mucha gente alrededor, algunos muertos, otros heridos
, dijo Jumaa Karim.
Las explosiones del domingo ocurrieron después del asesinato el sábado del general de brigada Alí Aouni, jefe de la principal academia de inteligencia de Irak, en medio de una ola de atentados de este año que pone en evidencia la determinación de los insurgentes por avivar las luchas sectarias, según algunos analistas.
Con estas nuevas víctimas son más de 150 los muertos en atentados en la nación petrolera desde principios de febrero.
La violencia en Irak se agudiza con el aumento de las tensiones políticas que encara el premier Nuri Maliki, quien dirige un gobierno liderado por chiítas que además está integrado por sunitas y kurdos.
Miles de manifestantes musulmanes sunitas han protestado a diario desde finales de diciembre en provincias occidentales en contra de lo que consideran una marginalización y exigen la renuncia de Maliki.
Muchos sunitas se sienten apartados y señalados injustamente por las fuerzas de seguridad desde el derrocamiento de Saddam Hussein el 8 de abril de 2003 y el ascenso de la mayoría chiíta al poder vía las urnas.
El frágil gobierno de Maliki se ha visto paralizado ante las luchas políticas internas desde hace más de un año, cuando salieron del país las tropas estadunidenses que invadieron Irak el 20 de marzo de 2003.
Maliki ha ofrecido concesiones a los inconformes sunitas, pero ha emitido advertencias en contra de permitir que los insurgentes e islamitas de línea dura tomen ventaja de las protestas.