Presenta datos el Conapred en su Reporte sobre la discriminación en México, 2012
grave problemaen el país
Debe trabajar 10.7% de la población entre 5 y 17 años, lo que la expone a discriminación
Sábado 16 de febrero de 2013, p. 32
La explotación laboral infantil se ha convertido en un grave problema
en México, donde 10.7 por ciento de la población entre 5 y 17 años de edad trabaja y sufre diversas formas lacerantes de discriminación
, se afirma en el Reporte sobre la discriminación en México, 2012, trabajo elaborado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El diagnóstico, dado a conocer recientemente, advierte que en el tema de la ocupación infantil, la tolerancia de la sociedad y del Estado no conoce límites
, y que tanto en la ciudad como en el campo se está fraguando un futuro que perpetúa diversas formas lacerantes de discriminación
.
También aporta cifras que ponen de relieve el binomio pobreza-ocupación infantil: del análisis de “5 mil 316 familias agrícolas con niñas y niños que trabajan (…), para 44 por ciento de los casos, el trabajo infantil significó 41 por ciento y más de los ingresos familiares”.
La situación económica del núcleo familiar también obliga a que niñas y niños abandonen sus estudios: cuatro de cada 10 de las y los niños que trabajan, ya no asisten a la escuela
. Tal situación marcará el resto de su vida laboral; sin preparación, aspirarán a trabajos con una baja remuneración económica, tendrán pocas oportunidades de crecimiento y muy probablemente tal cosa obligará a las y los hijos a continuar con la tradicional precariedad familiar
.
Un aproximado de 3 millones 15 mil 67 menores de edad laboran en condiciones de especial peligrosidad física
, en el campo y zonas agrícolas, y pueden ser también víctimas de explotación sexual o de cumplir trabajo forzoso y servil en la calle, en el hogar y en otros sitios.
En la calle, los menores de edad se ocupan en la venta ambulante, en espectáculos callejeros, limpian automóviles o calzado, recogen basura, reparten mercancías, son guías de turistas ocasionales o de plano están en la mendicidad
.
El trabajo forzoso y servil engloba a menores separados de sus familias por engaño o la fuerza, para saldar el pago de una deuda contraída por sus padres; estos niños realizan labores como la obra esclava en todo tipo de labores agrícolas, mineras, industriales o domésticas
.
Otros son víctimas de explotación sexual por redes internacionales que se dedican a la pornografía y la prostitución infantil
.
También realizan labores especialmente riesgosas. En las áreas industrial: en hornos para vidrio, cerámica, fosforeras, pirotécnicas; mineral, con jornadas agotadoras llevando grandes pesos sin ningún tipo de seguridad; agrícola, expuestos a insecticidas y fertilizantes tóxicos, y en la pesca submarina, los orillan a sumergirse a grandes profundidades durante muchas horas sin protección o equipos especiales
, por citar algunas.
Ambas instituciones advierten que el marco legal, responsable de sanciones y prohibiciones, es insuficiente y su diseño no responde a las dimensiones del problema
. Dicho de otra forma: las sanciones que establece la ley son precarias, por no decir inútiles
.
En las recomendaciones, proponen el desarrollo de políticas de Estado tendientes a reducir el trabajo infantil y juvenil en el país, particularmente el realizado por niñas y niños indígenas
; un cambio drástico en el tratamiento que la autoridad ha otorgado al tema
; una campaña intensiva para combatir la condescendencia y la complicidad social
, y una política comprometida en contra de la explotación laboral infantil que tendría que centrar sus esfuerzos en los niños que laboran como jornaleros agrícolas e incluso de quienes trabajan y viven en la calle.