Jueves 14 de febrero de 2013, p. 44
Washington, 13 de febrero. La lucha contra el creciente problema de los medicamentos falsos requiere un refuerzo de la regulación sobre la distribución farmacéutica en Estados Unidos y de una mayor cooperación internacional, concluyó este miércoles un informe del Instituto Estadunidense de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés).
Ningún país puede protegerse por sí solo contra los riesgos para la salud pública representados por los medicamentos ilegales, normalmente más baratos, estiman los expertos independientes autores del estudio.
Los medicamentos falsificados o de mala calidad son una amenaza grave para la salud pública ya que son ineficaces y pueden provocar enfermedades e inclusive la muerte, particularmente en los países en vías de desarrollo donde invaden regularmente el mercado
, subraya Lawrence Gostin, profesor de Derecho de la Salud en la Universidad de Georgetown en Washington, presidente de este grupo de 12 expertos.
Teniendo en cuenta la naturaleza internacional de la producción y del comercio de medicamentos, cada país tiene un interés y un papel a desempeñar para asegurarse de la alta calidad de estos productos y de la seguridad de su distribución
, destacó Gostin.
En Estados Unidos, por ejemplo, varios enfermos fueron tratados con falsos anticancerígenos Avastin en 2011 y en 2012. El Avastin es producido por el laboratorio suizo Roche.
Llamado a la OMS para que elabore reglas de vigilancia
Estos expertos lanzaron un llamado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para promover la colaboración de las autoridades reguladoras de los diferentes países, de las firmas farmacéuticas, de los distribuidores y de la sociedad civil.
La OMS debería liderar la elaboración de un código de las prácticas comprendiendo las reglas de vigilancia, de regulación y de represión, estima el informe.
En Estados Unidos, estos expertos, solicitados por la Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA), recomiendan un sistema para vigilar el trayecto de los medicamentos, de la producción hasta la distribución, así como un refuerzo de la regulación que controla a los mayoristas de productos farmacéuticos, el eslabón más débil.
El informe recomienda que el Congreso autorice a la FDC a establecer un número único de identificación de los medicamentos, evitando la introducción en ciertos estadios de productos falsos.