La zona noreste, el escenario, revelan autores de estudio
Jueves 14 de febrero de 2013, p. 9
El riesgo de muerte por homicidio en mujeres aumentó más de 400 por ciento a partir de 2008 en la zona noreste del país –Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango y Zacatecas– y supera en 200 por ciento en los estados de Sonora, Baja California, Baja California Sur y Sinaloa, destacaron en el Senado los investigadores Roberto Castro y Florinda Riquer, quienes coordinaron el Estudio nacional sobre fuentes, orígenes y factores que producen y reproducen la violencia contra las mujeres, elaborado para la Secretaría de Gobernación (SG).
En los pasados cuatro años, precisó Castro, se incrementó la muerte de mujeres por arma de fuego y explosivos en casi 300 por ciento, al pasar de 6.4 por ciento en 2001 a 23.8 en 2010; dos tercios de las mujeres mayores de 15 años han padecido la violencia física, emocional, sexual y económica en los ámbitos familiar, laboral, escolar e institucional, agregó.
Otros de los resultados del estudio fueron que entre 7 y 13 por ciento de las mujeres derechohabientes de servicios públicos de salud reporta haber sido víctima de abuso sexual antes de los 15 años, y la mayoría de esos ataques fueron cometidos por familiares o conocidos. También es parte del carácter sistémico de esta violencia la impunidad con la que se comete: menos de 10 por ciento de las adolescentes que reportan haber sufrido abuso sexual lo denunciaron ante alguna autoridad, inhibidas principalmente por sentimientos de miedo, culpa o la certeza de que nadie les creería.
De igual forma, apuntó, 27 por ciento de las indígenas usuarias de servicios públicos de salud que han sido esterilizadas, lo fueron sin participar en la decisión de llevar a cabo dicho procedimiento, pues ésta fue tomada por los médicos y la pareja.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavin) presentó ayer a las comisiones de Derechos Humanos y de Igualdad de Género del Senado los resultados de dicho estudio, y para ello invitó a los coordinadores del mismo.
La investigadora Riquer explicó a su vez que ‘‘la violencia es repetitiva en la propia casa, en el trabajo, en la escuela, tanto la sexual como de otro tipo. En la región occidente del país se silencia y castiga a las víctimas. En Jalisco, Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro hay mayor presencia del silencio, una suerte de complicidad entre instituciones, los servicios médicos y la Iglesia.
Denunció que en Tamaulipas ‘‘hubo temor de investigadores para realizar el estudio, y también en la parte cercana de esa entidad con Veracruz, lo que indica que el fenómeno es sumamente peligroso’’.
Riquer llamó la atención sobre los resultados en la zona del Golfo, donde lo que ocurre es que se dejan de investigar los homicidios de mujeres en la medida en que se los adjudican al crimen organizado.
Finalmente, la subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de Gobernación, Lía Limón, resaltó que con los datos presentados se pueden construir políticas públicas focalizadas de combate a la violencia contra la mujer basados en datos reales.
La funcionaria federal precisó que Chihuahua, Michoacán, Distrito Federal, Oaxaca, Chiapas, Sinaloa, Sonora y Guerrero registran una tendencia creciente en homicidios de mujeres.