de confianza
n octubre pasado, Enrique Peña Nieto visitó España. Durante su estancia en Madrid se entrevistó con el presidente Mariano Rajoy, a quien ofreció toda su ayuda para salir de la grave crisis económica por la que atraviesa ese país. Más que una crisis de carácter financiero, le dijo Peña Nieto, es de confianza
.
Repitió su ofrecimiento a un importante grupo de empresarios con los que sostuvo un fructífero
intercambio de ideas. Cabe recordar que España es el segundo inversionista en el nuestro (cerca de 50 mil millones de dólares), superado sólo por Estados Unidos. Destacan las que tiene en el sistema bancario, la construcción, el turismo, la telefonía y la energía. Todas les reditúan elevadas ganancias.
Quién iba a imaginar entonces que Peña Nieto se revelaba como visionario, al decir que el problema de España era la falta de confianza. Ahora se manifiesta en forma clara cuando la inmensa mayoría desaprueba la gestión del señor Rajoy, cuya popularidad está en caída libre por los malos manejos de la economía y la crisis, por sus más de 5 millones de ciudadanos sin trabajo. Y por la corrupción en que navega junto con sus colaboradores cercanos, su partido y los empresarios que lo han respaldado con dinero sucio a cambio de contratos y favores diversos. Como el consorcio OHL, que en México ha logrado millonarios contratos de obra pública. Tampoco gozan de confianza la corona, la Iglesia, los políticos. Mientras, en México, quienes visiblemente gastaron de más en la campaña presidencial o dedicaron millones en comprar votos son exonerados por el instituto que debía garantizar elecciones limpias y justas.
El turismo es una de las actividades con que nuestro país puede ayudar a España a salir de la crisis económica y, en paralelo, también beneficiarnos vía la entrada de divisas. Para ello, la secretaria del ramo, Claudia Ruiz Massieu, aprovechó su reciente estancia durante la Feria Internacional de Turismo en Madrid para proclamar que el gobierno de Peña Nieto busca resolver el problema de la criminalidad y la violencia que aleja inversiones y visitantes alentando el desarrollo económico, atendiendo prioritariamente a las familias, reduciendo el delito, atacando la pobreza y la exclusión social.
Unos días después, el mensaje anterior se topó con la realidad: seis españolas fueron violadas por un grupo armado en Acapulco, de donde es Ruiz Massieu. Las mujeres y sus acompañantes varones fueron además despojados de sus objetos de valor. La noticia dio la vuelta al mundo y echó por tierra el ofrecimiento de seguridad para los turistas. En paralelo, un informe del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) señala que la Riviera Maya, en Quintana Roo, ha perdido casi la mitad de sus manglares y sus áreas coralinas. Las causas: el cambio de uso del suelo para establecer desarrollos
turísticos, los desastres naturales
y la contaminación del agua.
Las tres causas tienen origen en la falta de planeación en la zona costera, las prerrogativas gubernamentales a los inversionistas, en especial de origen español, para establecer sus grandes hoteles en áreas frágiles pero fundamentales por servir de barrera natural contra la creciente fuerza de los huracanes y el avance tierra adentro del agua marina debido al cambio climático. Rematemos con la corrupción a la hora de conceder las licencias de uso del suelo y las de tipo ambiental. En el vacío caen las denuncias por la forma irregular de establecer algunos de esos desarrollos
y por la destrucción de zonas de manglar. Las afectaciones a la franja litoral no se limitan a la Riviera Maya, sino que se observan también en Cancún, donde el mar se lleva las playas artificiales, Yucatán, Campeche y Tabasco, por ejemplo.
Bien haría el Inegi en valuar los daños que realmente corresponden a los fenómenos naturales (como los huracanes), pues muchas veces los propicia el hombre y sus obras. Y saber el estado que guarda el Sistema Arrecifal Mesoamericano, puesto en marcha en el sexenio del doctor Zedillo con el fin de conservar ese rico e importante ecosistema. Por lo que informa el Inegi no se ha cumplido lo que se prometió.