La causa de la explosión en el edificio B2 de Petróleos Mexicanos (Pemex) fue gas metano, hidrocarburo inodoro, aunque todavía falta determinar el lugar de donde provino, afirmó el vicepresidente de Integridad Operacional Global de la firma internacional SGC, Bryan Dunagan.

Por separado, en declaraciones previas, el director general de la paraestatal, Emilio Lozoya, indicó que si hay responsables iremos por ellos.

Mauricio Chequer, director industrial de SGC en México, explicó que como parte de este análisis causa-raíz investigamos de dónde proviene ese gas metano. De naturaleza es inodoro, ligero, que se acumula por su misma naturaleza y se va a pegar, en este caso, a una de las lozas de cimentación.

Lo que estamos investigando, dijo, es un ducto de gas natural que está fuera de operación desde hace mucho tiempo. Es una línea pequeña que si en algún momento originó esa intrusión de metano a la base de cimentación, se tiene que detectar de dónde proviene.

Sin embargo, existen otras dos posibilidadesque también se investigan: “Hay una red hidrosanitaria con aguas negras; la otra son los mismos suelos y el relleno.

Incluso intentamos replicar esa intrusión porque puede ser mínima; entonces se están movilizando equipos que detectan partes por millón en concentraciones muy bajas, para poder determinar si esa acumulación se generó a través de los años.

Precisó que entre un metro cúbico y dos de gas metano serían suficientes para iniciar una explosión.

Una chispa, suficiente

Brian Dunagan dijo que para causar una ignición en metano no se necesita una gran cantidad de calor, una simple chispa es suficiente. “Puede ser por una instalación eléctrica, incluso electricidad de estática es suficiente. En la mayoría de nuestras casas tenemos gas metano, pero, como es muy ligero, logra subir al aire y salirse; por eso es que no sabemos.

En conferencia de prensa, el director de operaciones de Pemex, Carlos Murrieta Cummings, afirmó que están plenamente garantizadas las condiciones de seguridad para el reinicio de labores en Pemex. Se han revisado todos los sótanos, todas las partes donde pudiera haber acumulación de gases, para evitar cualquier similitud con lo que pasó en el B2, y en todos los casos hemos tenido un nivel de explosividad cero. Eso no sólo lo hicimos antes de ocupar los edificios, sino lo seguimos haciendo hoy en día.

Por su parte, Víctor Díaz Solís, director de administración de Pemex, señaló que avanza el pago de indemnizaciones de las 37 personas fallecidas y solamente quedan cuatro pendientes. Algunos ya se cubrieron y otros se deberían pagar en el transcurso del jueves.

En torno a los expedientes que pudieran haber desaparecido, Díaz Solís aseveró: Les puedo decir que a la fecha en los casos de Pemex Refinación, Pemex Gas y Pemex Petroquímica, hemos recuperado casi el cien por ciento de los expedientes. Con respecto a los archivos de recursos humanos, la mayoría se encuentran soportados en medios electrónicos. En el caso de Pemex Exploración, por el lugar donde se encontraban el archivo, estamos en un avance de 40 por ciento; sin embargo, por las primeras estimaciones que hemos podido hacer, podremos recuperar una cantidad muy importante de ese archivo.

Es importante señalar que en el edificio B2 laboraban alrededor de mil 800 personas, distribuidas en las áreas de Pemex refinación, recursos humanos, relaciones laborales, el área administrativa, de tecnologías de información y una parte del área jurídica.

Sergio Marín Esquivel, subdirector de servicios corporativos de Pemex, aseveró que en materia de mantenimiento no hemos tenido problema por parte de la Secretaría de Hacienda; nos ha proporcionado lo que le hemos solicitado. Estamos erogando en el Centro Administrativo alrededor de 100 millones de pesos al año en mantenimiento. En inversión, también se ha equipado a las instalaciones, por ejemplo, equipo contra incendio, vehículos cisterna y herramientas.

Brian Dunagan señaló que las concentraciones de gas metano debieron ser del orden de entre 5 y 10 por ciento, un parámetro, de que en el oxígeno en el aire que respiramos, tenemos 20.9 por ciento de oxígeno. Explicó: Sí hay un 15 por ciento de concentración, el oxígeno caería al menos un tres por ciento. Bajaría al 17.9 por ciento. La gente que estaba trabajando se hubiera sentido muy mal al laborar con esas concentraciones de oxígeno y en el rango entre 5 y 10 por ciento de concentración de metano no lo hubieran percibido. Si hubiera una concentración mayor a 15 por ciento hubieran muerto por la cantidad de oxígeno, que no hubiera sido suficiente.

Víctor Díaz Solís concluyó con tres comentarios: Uno, la total transparencia de las autoridades y de Pemex en el trabajo y los esfuerzos para esclarecer este incidente; dos, hacer énfasis en el sentido de responsabilidad, el heroísmo y la fraternidad de nuestros trabajadores, que aún a riesgo de sus vidas hicieron un esfuerzo superior para rescatar a sus compañeros y que ahora los están acompañando en todo este muy doloroso proceso, y tres: la decisión de la empresa de no escatimar recursos para atender a nuestros trabajadores.