Madrid/Berlín, 5 de febrero. Hace unos años un periodista le entregó al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, una nutrida documentación con pruebas sobre manipulación de resultados durante el Mundial de Alemania 2006. El directivo negó con la cabeza lo que esgrimían ante él y respondió: Usted está equivocado, pero, en caso de que tuviera razón, significa que habría fracasado en mis 30 años de futbol.

Ese diálogo vuelve a cobrar sentido tras el anuncio del pasado lunes por la Europol: casi 700 partidos en el mundo –380 en Europa– son sospechosos de haber sido manipulados por las mafias de apuestas ilegales provenientes de Asia.

El escándalo amenaza con extenderse y se ha advertido que no hay liga inmune en el mundo. Se sospecha que hasta España y Brasil pudieron ser alcanzados por las redes de corrupción en apuestas.

Un día después de que se destapó el caso, el organismo Transparencia Internacional (TI) acusa a los rectores del futbol mundial y europeo, FIFA y UEFA, de inoperancia en la lucha contra ese mal.

Definitivamente Joseph Blatter (presidente de la FIFA) y Michel Platini (titular de la UEFA) no hacen lo suficiente para contrarrestar este problema, sostuvo en declaraciones a la agencia Dpa Sylvia Schenk, miembro de la junta directiva de TI, en alusión al escándalo de apuestas ilegales que sacude al futbol internacional.

“En la FIFA hay mucho show y la UEFA debiera poner más los puntos sobre las íes a las federaciones”, se quejó la ex presidenta de la Federación de Ciclistas de Alemania: Se acabaron las reuniones; hay que entrar a fondo.

La dirigente anticorrupción consideró que las denuncias hechas públicas el pasado lunes por la Europol son una señal de advertencia a los representantes políticos: “Cada país tiene que garantizar que las fiscalías actúen de inmediato. En muchos de ellos, sin embargo, lo primero que se dice es: ‘no se metan con el futbol’.

Blatter, titular de la FIFA, en el centro del escándaloFoto Archivo La Jornada

El crimen organizado está ganando el control de las manipulaciones de apuestas porque no hay mucha presión de los investigadores y porque las sanciones no son tan duras como en otros ámbitos.

No sólo en el futbol, pues en el tenis se presentó en forma pomposa hace años la Unidad de Integridad, y una de las primeras medidas fue prohibir laptops en las tribunas de los torneos para impedir que desde allí se canalizara la información a las mafias, pero el inmediato auge de los smartphones pronto superó esa medida.

Hay que adaptarse a las nuevas tecnologías, dijo hoy Nicola Arzani, vicepresidente de la ATP, que cuenta en cada torneo con un grupo de gente encargada de ver si en las tribunas o en cualquier cancha que se esté jugando hay alguien pegado a su teléfono y enviando en vivo información.

Todos saben que se arreglan partidos, dijo años atrás el británico Andy Murray, quie después se retractó. Desde quién gana hasta cuántos juegos se disputarán, pasando por quién servirá en el juego de apertura, quién pegará el primer smash o de qué color serán los calcetines de determinado jugador.

Mientras tanto, y aunque no se han dado nombres, el Liverpool de la Liga Premier inglesa negó estar implicado en este caso y su portavoz rechazó que hayan mantenido contacto con la Europol.