Sociedad y Justicia
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Esas garantías no deben confundirse con las uniones, dice prelado

Acepta el Vaticano que se reconozcan derechos a los matrimonios gays
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de febrero de 2013, p. 42

Ciudad del Vaticano, 4 de febrero. Un funcionario del Vaticano manifestó hoy que la Iglesia católica no se opone a que se reconozcan en el ámbito patrimonial, mediante el derecho privado, las convivencias no familiares, incluidas las uniones entre personas del mismo sexo.

Durante una conferencia de prensa, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Vincenzo Paglia, expresó que esos derechos no deben confundirse con el matrimonio, el cual sólo puede existir por la unión de un hombre y una mujer.

Según el prelado, las convivencias no familiares son múltiples y ayudan a identificar soluciones en materia de derecho privado o perspectivas patrimoniales para ellas. “Creo que es un terreno que la política debe comenzar a recorrer tranquilamente.

En los actuales códigos civil y patrimonial se pueden encontrar soluciones que es necesario tener en cuenta, ya sea a escala patrimonial o de facilitación de la vida para impedir injusticias contra los más débiles. Este camino me parece importante recorrer, señaló.

Empero, aclaró que la familia no puede ser simplemente entendida como cualquier forma de afecto, ya que no basta la autosuficiencia de los sentimientos para definir una institución como la llamada célula básica de la sociedad.

El matrimonio implica amor conyugal y capacidad para procrear. De otra manera, si cinco hombres tienen afecto entre ellos, ¿hacemos un matrimonio? El problema es evitar la torre de Babel. Después perdemos todos, si con la Babel no entendemos nada más, indicó.

El respeto a la verdad no exige la abolición de las diferencias y no exige una suerte de igualitarismo enfermo que, para ser tal, quiere eliminar todas las diferencias, insistió.

Paglia enfatizó que en una sociedad cada vez más individualista se ha vuelto fácil poner a discusión el matrimonio y la familia, quizás ampliando a tal punto su significado que hacen desaparecer el sentido mismo de los términos.

Afirmó que se llega a no reconocer más en el matrimonio la raíz de la familia y en esta última el fundamento de la sociedad, subvirtiendo así una antropología secular.

Sostuvo que la Iglesia católica está preocupada por la crisis que el matrimonio y la familia están atravesando, porque está consciente de que ambos son una buena noticia para los hombres y las mujeres de hoy, a menudo solos y privados de amor, paternidad y sostén.

Sorprende la superficialidad con que la Iglesia es acusada de conservadurismo. No se trata de sostener instituciones superadas, sino de pensar en el futuro de la misma sociedad humana. En todo caso se podría decir que somos conservadores del porvenir, del futuro de la sociedad, destacó.