La salida de Aquino, otro error del Cruz Azul
ue alguien avise a Cruz Azul que el futbol es un negocio donde el principal activo son los jugadores. Es fácil encontrar las maniobras fallidas que el equipo cementero acumula, las cuales contribuyen a mantenerlo en su largo ayuno de títulos. Dos de ellas saltan a la vista: Emanuel Villa, delantero importado por La Máquina y flamante goleador del torneo, refulge… en Tigres.
Y Javier Aquino, la última perla surgida en el balompié mexicano después de Javier Chicharito Hernández, fue presa fácil del canto de las sirenas y se puso en las fauces del león: el promotor Mario Ordiales y el Villarreal, un equipo de la segunda división española, serán quienes obtengan la mejor tajada de lo que logre el oaxaqueño.
Queda claro que Alberto Quintano no es una persona de confianza para los cementeros; está lejos de ese papel de tutor o consejero que en muchos equipos cumple algún directivo, sobre todo con los elementos más jóvenes o conflictivos. Quintano es un tipo distante e inepto si recordamos el retraso para legalizar a los foráneos y algunas otras contrataciones a su cargo que no funcionaron.
Guillermo Vázquez tampoco ha logrado la mejor química con sus pupilos; su carácter retraído y serio no le ayuda. Además, ese aliento, casi exhorto para que Aquino emigrara en busca del sueño europeo, es una deslealtad para quien le paga. No le correspondía: al contrario, debió persuadirlo de entregar el alma en busca del ansiado título y hacer una labor como la que en el América se cumplió con Diego Reyes.
Cruz Azul –que ha terminado divorciado de sus ex ídolos Hermosillo, Palencia y el Conejo Pérez, y ha repatriado con sueldazos a jugadores hasta hoy improductivos– quizá para no exhibirse pidió al club ibérico no revelar cifras del traspaso y afirma que es dueño parcial de la carta de Aquino; sin embargo, éste negó tal aseveración... En resumen, fue un mal negocio y esa baja tiene deprimida a la afición celeste.
El León, que no conoce la victoria en el actual torneo mexicano, se quedó sin Copa Libertadores tras la ronda de penales ante el Deportes Iquique. El equipo sensación de la anterior temporada se desinfló sin remedio, no queda ni la sombra y a Gustavo Matosas se le borró la sonrisa. Nery Castillo y Rafael Márquez Álvarez hoy están más lejos que nunca de Brasil 2014.
El tema de la lucha por no descender cobró protagonismo. La jornada cinco puede convertirse en punto crucial, justo cuando los rojinegros de Tomás Boy ampliaron su ventaja a cinco puntos en la tabla de cocientes sobre los Gallos Blancos, lo que significa una vital inyección anímica en el equipo donde Omar Bravo ha exhibido un excelente desempeño.
Atlas, con el agua al cuello, padeció el embargo de algunos bienes y tiene adeudos salariales con los jugadores; sin embargo, el Jefe Boy ha sabido respaldar a su directiva con el control de su plantel, un grupo con buen ambiente, dispuesto a jugar bien y a anteponer lo deportivo sobre los otros temas.
Los Gallos, que tuvieron un gran arranque, vieron frenada una racha importante de tres victorias cuando se toparon con los punteros Tigres y América; el esquema de Sergio Bueno se pulverizó: dos derrotas al hilo son demasiado para un equipo que marcha sobre la cuerda floja y ahora lo principal a trabajar será lo anímico.
En la jornada destacó, además del triunfo del Atlas en visita a Jaguares, la victoria del Puebla sobre el Morelia y el choque en la cima entre los Xolos de Mohamed y los Tigres de Ferretti. Los dobletes de Lucas Lobos y Mariano Pavone concedieron el empate a sus respectivos equipos, mientras Raúl Jiménez también marcó dos tantos de gran hechura que significaron el triunfo del América.
La selección mexicana empezó a calentar motores con el partido molero
ante Dinamarca. El juego tuvo un marco más llamativo con el enésimo rehúse de Carlos Vela, el primer llamado a Cirilo Saucedo y la noticia sobre la exportación de Aquino. El miércoles arrancará la actividad oficial al recibir a Jamaica, escuadra ante la cual se espera una cómoda victoria en el estadio Azteca.
