John Harbaugh doblegó en duelo de coaches a su hermano Jim
Ray Lewis se despide con otro trofeo Vince Lombardi en su historial
Tras un apagón de más de media hora los Niners reaccionaron ante
gran desventaja y tornaron más emocionante el partido
Lunes 4 de febrero de 2013, p. 2
Nueva Orleáns, 3 de febrero. Después de 12 años, los Cuervos de Baltimore se coronaron por segunda vez en la NFL y John Harbaugh finalmente se quedó con el título que peleaba con su hermano Jim, luego de que San Francisco cayó 34-31 en un partido memorable, no sólo por los récords que se implantaron, sino por el apagón en el Superdomo que duró 36 minutos en la edición 47, la más cara de la historia.
Joe Flacco, con tres pases de touchdown a Anquan Boldin, Dennis Pitta y Jacoby Jones –quien anotó otro más con un espectacular regreso de patada de 109 yardas, récord de la NFL– y una ganancia de 287 yardas, igualó la marca de Joe Montana de 11 pases de anotación sin intercepción en postemporada. Además, fue nombrado el jugador más valioso.
Ed Reed, también de Baltimore, dejó su nombre con letras doradas al llegar a nueve intercepciones en playoffs, todo un récord en la liga. El linebacker Ray Lewis, sin duda hombre emblema del equipo, dijo adiós oficialmente con su segundo trofeo Vince Lombardi, entre la felicidad y el llanto.
La tristeza del equipo oro y rojo era evidente, pues hubo un momento que estuvieron a un paso de la gloria con una remontada sorprendente: tras el apagón jugaron el tercer y último cuartos a muerte con su novato mariscal Colin Kaepernick, quien vino de menos a más. Dio un pase de anotación, tocó el timbre, aportó 302 yardas y sufrió una intercepción.
Los Cuervos se destaparon en el segundo cuarto para hacer trizas a Kaepernick y compañía, que salieron con los nervios de punta y perdieron un balón suelto, error que sería como una lápida, porque Flacco empezó a mandar amenazantes disparos para acortar el terreno.
Primero encontró a Ed Dickson, quien haciendo malabares con el ovoide en su segunda recepción se acercó a la zona roja para que Flacco se conectara con Pitta y diera el segundo touchdown a los Cuervos (14-3).
Sin embargo, el equipo de la Bahía no salía del nerviosismo; Kaepernick fue interceptado por Reed cuando quedaban siete minutos en el reloj para irse al descanso y dar entrada al espectáculo del medio tiempo con Beyonce.
Esa intercepción de Reed representó un récord de liga al sumar nueve en postemporada, aunque el nervioso mariscal de 49’s a punto estuvo de sufrir otra con Cary Williams.
El partido por momentos fue ríspido y los árbitros aplicaron el reglamento a los dos conjuntos.
Vendría la primera jugada de la noche. Flacco vio a Jones para mandarle ese pase de 56 yardas que dejó en silencio a los espectadores del Superdomo cuando observaron la atrapada del receptor al ras de la superficie sintética, dio el giro y evadió a dos rivales para timbrar las diagonales (21-3) y celebrar con sus compañeros agitando las manos como si fueran alas.
Con ese pase de anotación, Flacco empató la marca del mítico Joe Montana, al llegar a 11 envíos sin intercepción en playoffs.
Los Cuervos colocaron la pizarra a seis puntos (21-6) con el gol de campo de David Akers, de 27 yardas.
Sin embargo, Jones tenía reservada su mejor jugada en el arranque del tercer cuarto, con un espectacular regreso de patada de 109 yardas que fue acompañado por los gritos de los espectadores al verlo entrar como tren bala hacia las diagonales para aumentar la ventaja 28-6, además de establecer nuevo récord de la NFL.
Kaepernick, quien tuvo algunos destellos y consumió yardas por tierra, fue capturado por segunda ocasión y luego el estadio Mercedes Benz quedó en penumbras cuando faltaban 13.28 minutos para que concluyera el tercer episodio.
Mientras los jugadores se estiraban o saltaban en el terreno de juego, ingenieros del inmueble trataban de poner remedio al apagón, que duró alrededor de 36 minutos, y el partido se reanudó en la casa de los Santos, con unos californianos que resucitaron para sanar el orgullo herido aprovechando el bajón de los Cuervos, que ya no fueron los mismos.
Con 22 puntos abajo, los pupilos de Jim comenzaron a fraguar la batalla, la cual fue dirigida por Kaepernick, con su primer touchdown, en pase de 31 yardas a Michael Crabrtree (28-13).
La defensiva de San Francisco aportó lo suyo al capturar a Flacco; luego un acarreo de Frank Gore, de seis yardas hacia las diagonales puso el 28-20, y más tarde el fumble de Baltimore provocó que sus rivales se acercaran 28-23 con el gol de campo de 34 yardas de Jones, el número tres hasta ese momento.
El cierre del último cuarto fue no apto para cardiacos. Justin Tucker puso a los Cuervos 31-23 con su gol de campo de 19 yardas, pero vino la reacción de San Francisco con Kaepernick, quien por fin hizo un touchdwon, de 15 yardas (31-29), pero luego falló con la conversión de dos puntos con Randy Moss que habría empatado el partido.
Baltimore se puso cinco puntos arriba con el gol de campo de Tucker, de 38 yardas; la ofensiva de San Francisco insistiría con un Kaepernick que buscaba afanosamente a Gore y Moss, pero sus tiros no fueron certeros, aunque su equipo todavía hizo un intento por dar vuelta al partido. Sin embargo, en cuarta oportunidad hubo una jugada polémica: un pase sobre Crabtree, que tenía encima a Smith. Los árbitros la pasaron por alto pese a las protestas y manoteos de Jim, quien vio cómo se le escapó el título a su equipo.