Organizaciones agrupadas en el frente Mariguana Liberación en México presentaron el Programa de paz sin autoritarismo ni corrupción, propuesta alterna a los planes de seguridad que prevalecen, cuya finalidad es proteger los bienes y no a las personas. Su eje es abordar el consumo de esa yerba desde una perspectiva de salud, educación y derechos humanos.

En conferencia de prensa, representantes de las agrupaciones demandaron leyes y programas basados en investigaciones científicas sin sesgo moral, así como la posibilidad de interlocución con autoridades y legisladores para discutir su propuesta.

La doctora Javiera Pinochet señaló que el debate sobre la mariguana debe incluir su uso médico, religioso y recreativo, así como su utilidad en la industria ecológica.

Por su parte, Alfonso García, secretario general de la Asociación Mexicana de Estudios sobre la Cannabis, apuntó que el proyecto fue presentado desde 2010 a la Secretaría de Gobernación, al Congreso de la Unión y a partidos políticos. Señaló que buscarán acercarse al nuevo gobierno federal y al Legislativo, pero continuarán las movilizaciones en demanda de la despenalización del consumo de la yerba.

El programa comprende 10 puntos, entre los cuales destaca sustituir el trato penal y policiaco por uno educativo y de salud pública a aficionados eventuales o adictos a la mariguana que articule a gobiernos y sociedad.

También propone impulsar una nueva cultura de reintegración y “trato diferenciado a campesinos pobres, productores de mariguana y a ‘marginales’ o indigentes narcomenudistas respecto de los cárteles y a los funcionarios corruptos”.

El diputado del Partido del Trabajo Arturo López expresó que detrás de la oposición a la legalización de la yerba se encuentran intereses económicos y políticos, así como una doble moral, por lo que llamó a abordar el tema desde un punto de vista científico.