Evitaría la competencia entre credencial para votar y cédula ciudadana
La existencia de dos minaría la eficacia y cobertura de cada instrumento, dice el instituto
Lunes 28 de enero de 2013, p. 5
Concluida la administración calderonista, el más reciente diagnóstico del Instituto Federal Electoral (IFE) reivindica la necesidad de pugnar por la existencia de un solo documento de identidad ciudadana para evitar duplicidad de costos y una competencia entre la actual credencial para votar y la cédula de identidad. Se asume que es el propio instituto, con una inversión histórica de 2 mil 500 millones de dólares en la construcción del padrón, experiencia acumulada y 900 módulos de atención, la instancia óptima para enfrentar esa responsabilidad.
‘‘El IFE sostiene que los cambios constitucionales y legales para que se haga cargo del documento de identidad de los mexicanos son sencillos y viables. El instituto incluiría a todos los ciudadanos en lo que se denominaría registro nacional de mexicanos, el cual se integraría con tres bases de datos: el padrón de mexicanos, el electoral y la lista nominal de electores.’’
Cabe recordar que el Pacto por México incluye, entre otros temas, el impulso a la cédula de identidad.
Elaborado por la secretaría ejecutiva del IFE, el documento denominado ‘‘La credencial para votar con fotografía y la política de identidad de los mexicanos’’ subraya que la inversión acumulada ha permitido al IFE tener la capacidad de sustituir 70 millones de credenciales en sólo seis años, incrementando los candados de seguridad de la credencial para votar. Es decir, con un listado nominal de 79.9 millones de ciudadanos, casi 90 por ciento de las credenciales son de expedición reciente, de 2006 a la fecha.
El documento reporta la evolución que tuvo la cédula de identidad en la segunda parte del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, que en cierto momento se confrontó con el IFE por su pretensión de sustituir la credencial de elector por esa cédula, como dispone la ley.
Sobre un universo de 40.3 millones de menores, en dos años sólo expidió 5.5 millones de cédulas de identidad para menores en 15 estados, destacando que hubo entidades como Colima y Guanajuato, donde el gobierno federal alcanzó una cobertura superior a 100 por ciento.
Según el documento, si bien la legislación actual señala a la cédula de identidad como documento central, destaca que al paso de los años la credencial de elector se ha ganado la confianza ciudadana y es una realidad su aportación a la vida democrática del país. Convertirla en instrumento único de identidad no implicaría profundas reformas, si bien supone un cambio constitucional a la legislación electoral y otras leyes.
La postura del IFE parte de la certeza de que ‘‘la coexistencia y competencia de dos documentos de identidad, necesariamente minaría la eficacia y la cobertura de ambos, además de implicar costos redundantes’’. Por ello llama a discutir ‘‘con franqueza’’ la viabilidad de mantener el proyecto que data de 1990 (de donde se desprende la existencia de ambas).
Se destaca que una de las ventajas de que el Instituto Federal Electoral asuma esta responsabilidad es que de mantenerse en sus términos la cédula se expediría sobre una base custodiada y regulada por el gobierno federal, mientras la credencial para votar es expedida por un organismo autónomo.
Por ello, ‘‘el IFE considera que la salida más razonable es que el Registro Federal de Electores se haga cargo de la cédula de identidad, De acuerdo con los parámetros internacionales en la materia, la credencial para votar cubre la gran mayoría de requisitos de confiabilidad y eficacia, a lo que se debe agregar que en la actualidad no hay documento más difundido entre los mexicanos que la credencial que expide el IFE. Dar el paso sólo implicaría buscar alternativas para alcanzar la cobertura total en la población.
‘‘La credencial de elector, como medio de identidad, se ha consolidado en el pasado reciente con la firma de convenios con 76 instituciones públicas y privadas, además de la introducción paulatina de nuevos controles de seguridad, por lo que en la actualidad la realidad de hecho y de derecho es que la credencial para votar se ha constituido en el medio de identificación oficial de los ciudadanos mexicanos’’.
En la actualidad, producto de la renovación acelerada, el IFE cuenta con 74 millones de registros con huellas dactilares y 92.9 con imágenes faciales, lo que evidencia la confianza ciudadana para construir el padrón. Destaca que el instituto tiene capacidad de procesar 12.2 millones de trámites anuales relacionados con la credencial. La actual vida democrática no se explica sin esta credencial y el padrón, por lo que corresponde a todas las instituciones democráticas velar por su preservación y permanencia’’.
Dar el paso para convertir la credencial en el único instrumento de identidad sólo implicaría fortalecer la infraestructura instalada de 900 módulos y preservar la inversión anual que oscila en 2 mil 500 millones de pesos, afirma.