Afirman expertos que el problema se debe a la desigualdad económica en el país
Instan a recuperar los cultivos de maíz y frijol para no depender de las importaciones
Jueves 24 de enero de 2013, p. 19
La Cruzada Nacional contra el Hambre tiene fallas, no alude al incremento de la desigualdad como resultado de la política económica impulsada por los gobiernos priístas y panistas desde la década de los 90, tampoco involucra directamente a los agricultores y no establece ningún cambio en la política hacia el campo, asentaron, por separado, Carlos Cortez Ruiz, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); Alberto Gómez Flores, representante de Vía Campesina para América del Norte, y Ernesto Ladrón de Guevara, asesor de la Unión Nacional de Organizaciones Rurales Campesinas Autónomas (Unorca).
Cortez Ruiz, profesor investigador del posgrado en desarrollo rural de la UAM, expuso que la solución al problema del hambre es elaborar una estrategia redistributiva, que incluya las políticas económica y fiscal, ya que la falta de alimentos está relacionada con la escasez de ingresos, la cual impide adquirir o satisfacer las necesidades básicas. Dijo que también se deben establecer medidas para incrementar el salario de la población.
Sobre las acciones que el gobierno federal pretende impulsar, detalló que éste debe aclarar de qué manera se incrementará la producción, con qué infraestructura, capacidad, personal y esquemas de financiamiento se harán llegar los recursos a las regiones más pobres y aisladas, ya que en los años recientes se han desmantelado los sistemas de apoyo y capacitación.
Ladrón de Guevara sostuvo que la coordinación de dicho programa por parte de la Secretaría de Desarrollo Social es un avance mínimo, pues la descoordinación institucional ha llevado al fracaso a los programas contra el hambre; México es un país que aplica muchos recursos en ello y el que menos avances tiene. Esperábamos que dicha cruzada tuviera un enfoque productivo, pues se debe recuperar sobre todo en maíz y frijol; disminuir la política asistencialista, y cambiar el paradigma, porque tenemos muchos avisos de que no habrá disponibilidad de alimentos en el mercado mundial y necesitamos atender la demanda con producción interna
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Insistió en la integración de la gente y en una profunda reorganización en las comunidades para superar el reto de recuperar la producción de maíz y dejar de depender de las importaciones desde Estados Unidos. Hay que terminar con la política asistencialista de los programas sociales para tener resultados en el combate a la pobreza y al hambre
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Alberto Gómez Flores, representante de Vía Campesina para América del Norte, insistió en que el combate al hambre debe iniciar con la salida del sector agropecuario del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, sacudirse la hegemonía de las trasnacionales y detener la ruta empresarial de la máxima ganancia
, y para ello, también se requiere de otro trato de los políticos a los campesinos.